Hoy voy hablar de dos cintas (A.- La primera y B.- La penúltima) de Manoel de Oliveira, cineasta portugués con tantas ganas de hacer cine, que se va para los 104 años de edad y ya tiene una película más en camino. Es admirable realmente este señor que se destaca por lo cuidadoso para mostrar paisajes tan exquisitamente bellos en sus filmes. Y lo más importante, es un ejemplo de fuerza de voluntad para no decaer en el último tramo de nuestra existencia sino continuar con la misma fuerza y sueños de nuestra juventud. Al final depende de nosotros considerarnos unos veteranos en vida o unos jóvenes eternamente. Está en cada uno tomar la decisión que considere conveniente.
A.- Duero, río de trabajo duro (Douro, faina fluvial) (Portugal 1931)
En su primera película (por cierto muda), De Oliveira ensalza al trabajador del puerto.
B.- El extraño caso de Angélica (O estranho caso de Angelica) (Portugal 2010)
La noche siguiente parece que la vida hubiera creado un mecanismo para que Isaac y Angélica disfruten de un amor terrenal-angelical. Más temprano que tarde, todos en la ciudad comienzan a murmurar que Isaac ha perdido la cabeza y lo juzgan de loco. Ahora Isaac durante el día se hace muchas preguntas existenciales sin respuesta. ¿A dónde le conducirá este amor “mortal”?
En su penúltima película, De Oliveira ensalza el trabajo del campesino a través de las muchas tomas fotográficas que hace el personaje del fotógrafo. Por otro lado nos muestra una historia de amor que va más allá de la vida (o la muerte). De Oliveira nos deja como tarea reflexionar acerca de que en la vida puede haber tristezas, pesimismo pero hay también esperanza y optimismo.