El nuevo trabajo de Alex de la Iglesia ha conseguido crear una expectación en la ciudad hasta ahora desconocida. Ya de por sí, el director bilbaino con su particular estilo de dirección causa interés con cada nuevo proyecto que presenta pero es que además, en esta ocasión, venía acompañado de dos de los actores más aclamados actualmente en el panorama nacional: Mario Casas y Hugo Silva, y de la primera actriz española que recoge el Premio Donostia por toda una trayectoria profesional: Carmen Maura.
"Las Brujas de Zugarramurdi" es una comedia de terror en la que dos parados, tras cometer un atraco y huir con el fin de librarse de la policía, se adentran en los bosques profundos de Navarra donde caen en las garras de una tribu de brujas terroríficas que lo único que buscan es saciar su hambre de carne humana.
Volviendo al género satánico y manteniendo siempre ese humor despreocupado que le caracteriza como director y que tanto gusta, de la Iglesia arranca esta historia con brillantez, estableciendo las bases para que el resto de la trama sea un éxito. Sin embargo, a medida que van pasando los minutos, lo divertido se vuelve exagerado y la locura que en un principio era su mayor atractivo, se convierte en un descontrol demasiado ruidoso.
Sea como fuere, Alex de la Iglesia ha conseguido abarrotar no sólo la proyección sino la rueda de prensa posterior en la que prácticamente acaparó todo el protagonismo y en la que como de costumbre, nos dejó embelesados con la manera tan fascinante que tiene de hablar.
Una película fantástica con tintes de tragicomedia, cargada de realismo sobre la soledad en la vejez y las ganas de volver a vivir (y a sentir), que no habría sido posible, sin la espléndida interpretación de su protagonista. Todo gira en torno a ella y además, ella todo lo hace girar.
La otra cita con Perlas ha sido con la que en el último Festival de Cine de Sundance se llevara el Premio a la Mejor Película, además del Premio del Público. Si bien es verdad que las expectativas con "Fruitvale Station" eran mayores, el resultado también ha sido una mayor decepción.
Una historia real con buenas intenciones que hubiera cuadrado a la perfección en formato documental, se queda en nada al plantear un film donde cada cosa que ocurre, cada frase que se dice y cada silencio que se guarda, van enfocados exclusivamente al final que te quieren contar. Demasiado maniquea para nuestro gusto pero entendible que haya encantado a los americanos.
Vamos que nuestro cuarto día está ya a la vuelta de la esquina!!