El cine fantasma (by Nino): II.- Love

Publicado el 12 enero 2016 por Drebbin @hablandodepelis
Love. (By Nino)
"El ciclo vital en la mesa de edición... o la cama"
@CinecomioWall

"Love", cartel promocional de la película

Amor, provocación sin ambigüedad. Imagen en vivo (yo visiono la clásica sin sentir ningún tipo de agresión visual), exhibicionismo de amateurs contratados para una personajes de una película con nombres estimulantes, 3D para resaltar cualidades o acciones evidentes ante la pantalla, sexo explícito y pasión cíclica. Vamos lo normal en la vida que no se ve en el cine fuera de los circuitos de la pornografía o erotismo, según quién vea y opine.
Antiguamente, mucho antes de la llegada del cine digital y esta nueva etapa tridimensional, las películas se proyectaban como una continúa sucesión de fotogramas fijos en un circuito de acetato, una y otra vez, hasta cumplir su vida efectiva y perder la calidad de la imagen fotográfica. Se asemejaba a ciertas decisiones emocionales o esos pasos que las personas dan en sus vidas, para llegar a una conclusión final o destino. Un desenlace más o menos imprevisto, que puede o no escandalizar a la sociedad, en este caso, el espectador de cine.
Así, el director bonaerense (hoy vive, trabajando en Francia) Gaspar Noé, siempre ha tratado la obra cinematográfica como partes de un todo y su función en la sala de montaje es fundamental para propagar dicha expresión artística, con tendencias desequilibradas a la destrucción por adicción, la transgresión, violencia o sexo. Incitantes o excitantes, ambas.
Quizás por eso, el director tarde una media de seis años entre cada proyecto, pues su arranque fue Sólo contra Todos" que parece un título acorde con su radical cinematografía, para continuar con la desconcertante de fin a principio, "Irreversible", luego con "Enter the Void", visión sobre el sexo, la drogadicción y los actos violentos que provoca. Todas suponían otra forma de concebir el rodaje (casi imposible y onírico) de una película y sus distintas perspectivas relativas a los personajes o la percepción del espectador.

Gaspar Noé

hace casi 20 años, "
Sin embargo, las películas clásicas (su exhibición al menos) no significaba la muerte de aquella experiencia individual y única para cada tipo de público, ya que solían proyectarse indefinidamente en matinées, ciclos o sesiones continuas. Una y otra vez, los entusiasmados nuevos espectadores se abandonaban a aquellas estrellas que brillaban en la oscuridad de una sala, regresando siempre sus historias al comienzo. En sentido contrario a una relación personal que normalmente no tiene esa posibilidad de vuelta, a la pasión o la inocencia en el origen.
Claro que el cine pertenece, en primer lugar, a los creadores. En conexiones asíncronas con su público, como una simbiosis de sexo que ambos reciben (o deberían) con placer o cualquier otro estímulo, mediante contrato aceptado entre ambas partes en libertad. Y con este último capítulo por ahora, de un título directo al corazón, Noe se atreve a quebrantar de nuevo aquellas reglas estipuladas. Avisando desde el minuto uno, como en sus anteriores atrevimientos adaptando las pautas variables del rodaje y la sala de edición. "Love" sería estimulante para algunos, ¿o vulgar para otros?
"Love" es una propuesta auténtica, arriesgada e irreverente, también algo reversible o no... Ante todo, polémica y explícitamente sexual. La diferencia con la pornografía comercial, radica en la personalidad atrevida y dispar de Gaspar Noé, precedida por su andadura como operador de cámara, montador y productor. Así, evidencia tanto un cuestionamiento visual como temporal del cine, también dirigiendo tras la cámara o como autor de sus propios guiones.
En el filme demuestra con pulso firme e intensidad, cómo saltarse aquellas reglas para confundir y provocar sentimientos extremos, desde el sufrimiento al carácter más libidinoso, superficial o profundo, hasta forjar una estructura que no deja indiferente y reinventa el panorama hacia el futuro. "Love" se asemeja a la vida en definitiva, porque forma parte esencial de ella.
El triángulo que funciona como diapasón en el mundo cinematográfico y señal de prohibición en la vida real, cuenta ese sentido físico y emocional del ser humano, entre tres puntos que se atraen o repelen a través de la necesidad de amor o sexo, generador de situaciones comprometidas para las partes. Ambos aspectos o percepciones la realidad confluyen en la imaginación, del amante y el artista. Todo aquello que se ha atrevido a rodar Noé, acostumbrado a recrear acciones pasionales con apoyo de palabras imprevisibles y atractivas tomas.

Karl Glusman y Aomi Muyock

Sus relaciones, además de humanas, navegan por la composición de luz como un retrato colorista de tono cálidos o rojizos, y sonidos encadenados a la música de una película experimental. Pero, grabada con medios y desconocidos capaces de declamar ante cámara, de forma que el guion establece una conexión íntima e indivisible entre ellos. Lógicamente, estas incursiones por el deseo, no es fácilmente recompensada por un público más sugestionado por otro tipo de cine más, digamos lineal, que sus saltos argumentales. Por lo que Gaspar Noé se mantiene en esa cumbre empinada, cuestionable sin duda, como incitador de pasiones y controversias.
"Love" acerca el debate de anteriores trabajos, profundizando con sus diálogos y eyaculaciones intercaladas, elucubraciones con diferentes órganos o el mismo superior, según nuestra psiquis animal, masculina o femenina. Entre dos bellas conocidas de fiesta (sin complejos de Electra) y bestia cayendo siempre del lado equívoco de Murphy (el único profesional en enredar la caída), tres actores con ventanas hacia un dormitorio de juegos viciosos y prohibidos. Por tanto, Aomi Muyock, Karl Glusman y Klara Kristin, serán vitoreados por el mensaje sobre el amor con bifurcaciones, mientras otros abuchearán, atacados por la exhibición sexual como incitación y procacidad natural.

"Love", incluso, podrían ser dos películas diferentes, podría montarse una opción aséptica de pasión, pero particularmente estimo necesaria la inclusión de esas escenas que apuestan por la fantasía, recuerdan el descenso de Cruise a un subsuelo de instintos en "Eyes Wide Shut" o tríos cambiados de géneros "Soñadores". Pues despiertan ese lado salvaje de los personajes ante el público extasiado; aunque funcionaría como película clásica en un visionado sin ellas, nada sería lo mismo ni excitante como es habitual en un trabajo de Noe. Su ritmo viene marcado por el compositor Lawrence Schulz, un asalto que compusiera John Carpenter o el efecto eléctrico de Funkadelic, para una banda sonora que funciona en el laberinto de escenas controladas o un enjambre apasionado de sentidos desbocados. Tentación arrítmica para las mentes más cerradas o críticas, "Love" es el final de una era romántica, o el principio de una película que vuelve a incorporar el sentimiento, para saltarse los ciclos en cine, del amor como inicio de una relación vital que nace para terminar con la tópica expresión cinematográfica. Y de una vida, en común.
"Love" como aquella atracción física o pasional del ´final`... es cine.
Cine cíclico... y ahí radica, su interés estético o sintonía emocional. Si no, abandona antes de ´empezar`.
@CinecomioWall