"Caras y Cruces de la Noticia".
@CinecomioWall
Cartel de la película
El oficio de contar noticias a los demás, es tan antiguo como la existencia del arte, y por tanto también del hombre. Esa necesidad de narrar e investigar los sucesos relevantes en la sociedad, desde cualquier punto de vista, indagando en los oscuros y alambicados resortes de la conciencia humana y la capacidad de cometer los hechos más terribles.Juan Nadie fue recuperado como objetivo de la prensa para cambiar los designios de una crisis cíclica que no tenía arreglo, desgraciadamente. El cuarto poder, siempre ha buscado su influencia o los poderosos su fuerza para relanzar o hundir a ciertos personajes públicos. Fue el caso de Gary Cooper en "El Secreto de vivir", la creación y caída de un imperio de la comunicación en "Ciudadano Kane", mantener en Luna Nueva a una de sus mejores profesionales, o utilizar todos los medios al alcance del reportero Douglas para conseguir una Primera Plana (sin morbo), cuando en realidad se convierte en un Gran Carnaval mediático. Mientras la Ciudad Duerme, Todos los Hombres del Spotlight estarán ojo avizor para conseguir la primicia de sus vidas.
Los creadores artísticos, también ahondan en la información, aunque utilizan estas noticias para intensificar un resultado y moldear una obra que indague sobre aquellas causas que produjeron e incitaron dicha actividad periodística. Como el propio Capra, Wilder o Alan J. Pakula, el director de New Jersey, Tom McCarthy (guionista de algunas espléndidas películas como "Up") se fijó en la marejada ocurrida durante 2002. Más detalladamente, los hechos acaecidos bajo la archidiócesis de Boston, Massachusetts, con un guion compartido de Josh Singer que ha conseguido 6 merecidas nominaciones en los próximos premios Oscar´s de 2016, y no sólo por el magnífico trabajo cinematográfico, sino por las repercusiones en la actualidad y el esfuerzo de aquellos periodistas.
Las enfrentamientos, sin derramamiento de fluidos... a veces, rodea a los profesionales de distintos medios para hacerse con la exclusividad de la noticia, pudiendo producir un doble sentido de moralidad con los instintos de supervivencia del cronista. Y esto, se refleja de igual forma en esta última película, dentro de un tejido o redacción dedicada a la persecución del hecho lamentable de la pederastia y la ocultación de efectos producidos por los investigados, debido a la mediación de la institución eclesiástica, los poderes judiciales y, la falta de intuición de directores de periódicos que vieron la importancia de unos hechos tan peligrosos como sonrojantes o desmoralizares para los seguidores religiosos.
Otro nombre luminoso, tapado por su carácter reservado y su particular idiosincrasia, sacaba a la luz (nunca mejor dicho) todo un mundo de suciedad a la sombra, con víctimas anónimas o supervivientes de un acoso, que fueron descartados en el pasado por otro trabajo subterráneo e incompleto de un equipo llamado Metro. Pero, la luz volverá con denuncias por acoso y abuso sexual en manos de una élite de corrompidos en la fe católica, y los rostros de menores de edad que desaparecieron con el desgaste y el silencio, sin posibilidades de denuncia, por vergüenza o miseria familiar o personal de ante esos actos nauseabundos. Pues la edad de los vilipendiados, captados de barrios conflictivos con familias desestructuradas, aseguraban el silencio por miedo a represalias.
Credibilidad, gracias a unos actores en estado de gracia, grupo de elegidos para desbancar a la gloria y ganar el premio Pulitzer por su obra realmente benefactora con la sociedad de Boston y el mundo en general. En Spotlight vemos la corrupción instalada en las instituciones, en este caso, Iglesia católica, Justicia y ámbitos educativos o sociales; pero igualmente un retrato verídico de la prensa escrita y su trabajo como servicio público desarrollando una noticia enfangada en múltiples pozos de difamación y ocultación, que enraizaban en los cimientos del propio Vaticano.
Mientras que, por distintos rincones de la justicia esforzada, se encuentran los abogados comprometidos o sus tentáculos silenciados por el dinero, con Billy Cudrup o Stanley Tucci, con clase y pasión por desentramar la verdad. Más bien, desenterrar, porque aquella noticia tiene su repercusión actual con los abusos incomprensibles y condenables que nos golpean con violencia desmedida. Así como una labor imprescindible de la prensa de hoy, que algunos tratarían de manejar a su antojo para potenciar el poder en sus manos o silenciar, para acabar con la libertad de expresión. Dos hechos gravísimos, que dan cierto miedo.
Spotlight es una película de estructura sencilla sin grandes alharacas ni desviaciones estilísticas, una trama elaborada que se presenta con sorpresa y vítores de la crítica, ante las principales favoritas para los Oscar. Pero, simplemente esencial como la vida misma. Por su repercusión mediática, me uno a este equipo que lleva a sus componentes a primera página de la noticia. Eso lo veremos próximamente, objetivamente, el día 28 de Febrero.
¡Viva el cine y el periodismo de calidad!
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