El cine que no vimos/XXXIX

Publicado el 26 abril 2011 por Diezmartinez

Exhibido en concurso en el pasado FICCM 2011, Todos los Demás (Alle Anderen, Alemania, 2009), segundo largometraje de Maren Ade (opera prima inédita en México y desconocida por mí Der Wald von Lauter Bäumen/2003), está disponible en un DVD de Región 1 y muy probablemente esa será la única manera de verlo legalmente en México, porque no veo cómo un intenso, agobiante y repetitivo drama de pareja pueda merecer estreno comercial en nuestro país. Cierto, sí se exhibió Triste San Valentín (Cianfrance, 2010), pero Todos los Demás no tiene estrellas hollywoodenses.Estamos En Viaje a Italia(Rosellini, 1953). En concreto, en Cerdeña, en una espaciosa villa, propiedad de los padres de Chris (Lars Eidinger), un arquitecto desempleado que ha decidido llevarse a su novia Gitti (Birgit Minichmayr, Mejor Actriz en el FICUNAM 2011 y antes en Berlín 2009) a pasar unos días de vacaciones en el Mediterráneo. No sabemos cuánto tiempo han estado juntos -de hecho, sabemos que están en Cerdeña casi a la mitad del filme- pero sí es claro que no son compatibles. La puesta en imágenes es funcional, sin adornos, y la estructura narrativa es directa, lineal. No hay por ningún lado el rigor crítico del Bergman de Escenas de un Matrimonio (1973) ni un solo atisbo de la felicidad inicial -como en 5x2 (Ozon, 2004) o en la ya mencionada Triste San Valentín. A través de los diálogos sabemos que se enamoraron, dicen que se quieren, incluso que se admiran, pero lo que vemos en pantalla es abrumadoramente lo contrario. "¿Me odias a veces", le dice ella a él. "Creo que soy muy aburrido para ti", le dice él a ella. "Me gustaría ser diferente para ti", confiesa ella. "No sabes cómo comportarte", la regaña él. Entre los dos flota la inseguridad, abundan los reproches. Él le habla en italiano para comentar su atuendo -ella no habla ese idioma y yo tampoco, pero por lo que entendí, él le dice que está vestida como puta- y ella se comporta histéricamente, casi arrastrándose, cuando él decide ir a visitar a un vecino sin ella. La película agobia pero ese es su objetivo: aunque uno puede adivinar que los dos han tenido buenos momentos, es obvio que ésos han quedado muy atrás. Al final, pareciera que se ha abierto una puerta a la esperanza... pero yo diría, más bien, que la puerta va al infierno. Quién lo puede decir: a lo mejor llegan a las Bodas de Oro.