Eduardo Casanova no se conforma con ser el actor que sale en las series de televisión. Empezó muy joven encarnando a uno de los personajes principales de la comedia Aida pero lo hemos visto en otras series como Gym Tony. Ha hecho teatro y ha participado en películas como La chispa de la vida interpretando al hijo gótico de Salma Hayek y José Mota y también lo hemos podido ver en la poco conocida Del lado del verano de la actriz Antonia San Juan. Próximamente lo veremos como secundario en La sexta alumna de Benja de la rosa y Señor dame paciencia.
Como director (y guionista) de cine tiene la posibilidad de contar sus historias y su forma de entender el mundo. Pero frente a otras formas de expresión artística, el cine es un producto caro. Requiere muchos medios de producción y medios humanos que hace necesario mucho dinero. En varias entrevistas ha contado que gran parte de lo que ha ganado en la serie Aida lo ha invertido en sus cortometrajes. Es en el 2011 que debuta con Ansiedad, al año siguiente con Fumando Espero y Amor de Madre. En el 2014 pone en marcha una campaña de crowdfunding en la que consigue financiar en parte La hora del baño. Estaba protagonizado por Macarena Gómez y Gonzalo Kindelán. El guión estaba inspirado en la historia de Asunta Basterra, la niña compostelana a la que mataron sus padres. Para el festival Notodofilmfest hizo Eat my shit, una breve pieza de poco más de 3 minutos en la que Ana Polvorosa interpreta a una joven que tiene la peculiaridad de tener el ano y la boca intercambiadas. Recuperará este personaje de Samantha y su historia como uno de los protagonistas de Pieles. Sus últimos cortos han sido Fidel y Jamás me echarás de tí, corto realizado dentro del marco de un festival de cine patrocinado por Correos.
En el cine de Eduardo Casanova tiene tanta importancia la historia como la forma de contarla. Recurre a muchos referentes de distinto origen para los personajes, la historia y la estética. Es un cine que se aleja totalmente del realismo y se inspira más en las vivencias y percepciones particulares de lo que está pasando. Todo está muy exagerado y se lleva todo al límite. No hay ninguna pizca de normalidad en sus personajes ni en lo que les sucede. Hay que ver estos cortos sin ningún tipo de prejuicios y entendiendo que lo que sucede es más simbólico que real, más poesía que narrativa, más sugerente que expresivo. Hay mucha gente que no ha entrado en el juego de Casanova y ha reaccionado con rechazo a sus historias. Para el el cine es algo vital, una forma de relacionarse con los demás y de expresarse. Si hay algo que hay que reconocerle es la pasión con la que habla de sus películas, la emoción de lo que le está pasando y la suerte de poder hacerlo. Es una emoción que se contagia y aunque no siempre acierte sus películas no dejan indiferente. La hora del baño me impactó especialmente. Unos padres viven atormentados porque su hijo recién nacido no para de llorar y no hay forma de calmarle. Llevan meses sin poder dormir y su relación se ha deteriorado. No son felices porque la paternidad les supera y no estaban preparados para algo así. En su mundo ideal de color de rosa se ha colado un nuevo personaje que les ha desestabilizado y les ha cambiado la vida por completo. Ellos toman la cobarde solución de acabar con la vida de su hijo. Resulta grotesco este final pero por desgracia es quizás la parte más realista del relato. Después de verlo he apreciado más a mis padres y todo lo que han hecho por mí porque afortunadamente no tienen nada que ver con los del corto.
Alex de la iglesia entró en la vida de Eduardo Casanova primero como director y ahora como productor de su primer largo, Pieles. Desde su productora Alex de la igleisa, Carolina Bang y Kiko Martinez han dado voz a directores con sus óperas primas. Empezaron con Juanfer Andrés y Esteban Roel en Musarañas y han seguido con Los héroes del mal del actor Zoe Berriatúa. Como ya he dicho antes, en Pieles retoma a los personajes de Eat my shit y los sitúa en un contexto y desarrolla la triste historia de Samantha (Ana Polvorosa) pero también de la camarera que se ríe de ella (Itziar Castro) y que tiene una tragedia a sus espaldas. Pieles más que desarrollar una historia es una película de personajes que se van relacionando entre ellos. Son gente con peculiaridades físicas y emocionales que los hacen a contracorriente. Son diferentes y se sienten así y llevan sus peculiaridades de diferentes maneras. Algunos las asumen y otros luchan por tener una normalidad que no les haga destacar. Son como los personajes de la ultima película de Tim Burton, El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares pero llevado al extremo. Está la ya mencionada Samantha que tiene el sistema digestivo al revés, una chica que no tiene ojos, un hombre al que sólo le gustan las mujeres con deformidades físicas o un joven que no reconoce sus piernas y que aspira a convertirse en sireno. A pesar de que lo que cuenta y de que algunos momentos puedan ser desagradables el director ha optado por una estética muy cuidada en la que lo feo y lo asqueroso se muestra con una cara más amable. Casanova se ha rodeado de un reparto en el que destacan tres antiguos compañero de serie, Carmen Machi, como la madre del niño sirena, Ana Polvorosa como la chica con el ano en la boca y Secun de la rosa como el hombre con gustos peculiares. Pero no son los únicos que se han unido a la fiesta. Macarena Gómez, Candela Peña, Jon Kortajarena encarnan a los personajes con unos rasgos físicos muy peculiares, tanto que es prácticamente imposible reconocerles en pantalla. También me gustaría destacar la presencia del actor Antonio Durán "Morris" que es uno de los habituales de la televisión y cine en Galicia pero que fuera no resulta un rostro conocido. Pieles se estrenó en el festival de Berlín y también ha pasado por el festival de cine español de málaga. Ya está disponible en la plataforma Netflix en latinoamérica y en España tendremos que esperar hasta junio para verla en cines.