Y muchos más redactores, y cámaras y operadores y también jefes que ponen su granito de arena por la dignidad del periodismo. Y por supuesto he visto todo lo contrario, pero a esos que hacen lo contrario, por favor, déjennos que seamos nosotros los que le escupamos para así no salpicarnos. En este circo no todos son payasos.
Odio la expresión circo mediático cuando es un escupitajo intelectual que va del despacho de 5000 euros directo a la cara de los que trabajan en la calle por mil y algo. No digo que no exista, no digo que no haya quien lo fomente y por supuesto quien se aproveche, pero aquí fuera hay también periodistas preocupados por lo que publican, con miedo a meter la pata, dudando de cada palabra, intentando hacer lo mejor posible su trabajo.
Yo he visto a Eva Braña calmar a decenas de entrevistados para que no lloren, estaba delante cuando todas las cámaras se retiraron en un funeral de Los Palacios, he escuchado las dudas de Rocío Romero preocupada porque siempre quiere hacer bien su trabajo y me sentí orgulloso de Lídice cuando se negó a poner flores en la casa de Rocío Jurado, sin que hubiera muerto, para que un programa tuviera el plano deseado.
Y muchos más redactores, y cámaras y operadores y también jefes que ponen su granito de arena por la dignidad del periodismo. Y por supuesto he visto todo lo contrario, pero a esos que hacen lo contrario, por favor, déjennos que seamos nosotros los que le escupamos para así no salpicarnos. En este circo no todos son payasos.
Y muchos más redactores, y cámaras y operadores y también jefes que ponen su granito de arena por la dignidad del periodismo. Y por supuesto he visto todo lo contrario, pero a esos que hacen lo contrario, por favor, déjennos que seamos nosotros los que le escupamos para así no salpicarnos. En este circo no todos son payasos.