El clavicordio

Publicado el 10 agosto 2018 por Masterpiano

El clavicordio es un instrumento musical anterior al piano tal cual lo conocemos hoy en día. Se trata de un instrumento con teclas y de cuerda percutida. Su forma es muy similar a la del piano de cola pequeño. Tiene un sonido mucho más tenue que el piano o sus otros hermanos.

Historia del clavicordio

El clavicordio es el instrumento de teclado más antiguo. Fue inventado a finales del siglo XIII o principios del XIV. Una de las primeras referencias que se hacen a este instrumento tiene lugar en Inglaterra, durante el reinado de Enrique VII.

El clavicordio se convirtió en un instrumento muy popular durante los siglos XVI y XVIII, especialmente en varios países de Europa como Alemania o España.

En sus orígenes este instrumento llego a medir hasta dos metros y fue muy común durante el Renacimiento, el Barroco y el Clasicismo.

¿Cómo funciona el clavicordio?

Este instrumento está compuesto por un gran número de cuerdas de acero que se extienden sobre un marco. Este marco suele ser habitualmente de madera, pero también de acero.

El sonido se produce al golpear la cuerda con alguna de las teclas. La disposición de estas es similar a la del piano. No obstante, la forma en la que se produce el sonido es diferente, pues en el clavicordio cada cuerda es individual, mientras que en el piano las cuerdas están agrupadas en conjuntos de dos o tres.

El clavicordio tiene lo que se llama “respuesta de tacto”. Esto quiere decir que según la fuerza se puede variar la intensidad.

Es posible que este instrumento sea uno de los más sencillos de todos los instrumentos de teclado. Las teclas del clavicordio son palancas que percuten en la cuerda con una pequeña púa de metal, denominada tangente, que está colocada en el extremo contrario de la tecla.

Lo que mide la cuerda desde el puente hasta la  púa de metal determina la afinación del sonido. Cuando se presiona una tecla la tangente sube y golpea una cuerda, haciendo que se pare. Cuando se suelta la tecla, la tangente vuelve a colocarse en su lugar original y toda la longitud de la cuerda se amortigua gracias un fieltro, liberando el sonido.

Las cuerdas vibran desde el puente, así que se pueden asignar varias teclas a la misma cuerda. A este tipo de sistema se le llama “clavicordio trasteado”. Esta es una técnica que limita al instrumento pero que simplifica, al mismo tiempo, la construcción.

En el Renacimiento solían asignar dos notas a la misma tecla, pero habitualmente eran dos notas que no se solían escuchar juntas.

Con este instrumento se pueden tocar composiciones escritas para pianos, claves u órganos, aunque la poca intensidad de su sonido hace del clavicordio un instrumento que no suele utilizarse para conjuntos de cámara.

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