¡Ay Ojón!: En las películas, cuando va a aparecer un monstruo gigantesco, siempre habrá una toma que recorre misteriosamente algún recinto cavernoso, para detenerse justo en donde aparentemente no hay nada y de pronto, llenando toda la pantalla, vemos unos párpados abrirse para mostrar un descomunal y amenazante ojo. De ello se deduce que no habría problema con el monstruo en turno, si los cineastas no lo hubieran despertado con su escándalo... Entre otras, lo vimos en la versión desmejorada de Godzilla, también en La Era del Hielo 3 y Peter Jackson no pudo resistir la tentación con Smaug, la lagartijota de El Hobbit.
¡Ay Ojón!: En las películas, cuando va a aparecer un monstruo gigantesco, siempre habrá una toma que recorre misteriosamente algún recinto cavernoso, para detenerse justo en donde aparentemente no hay nada y de pronto, llenando toda la pantalla, vemos unos párpados abrirse para mostrar un descomunal y amenazante ojo. De ello se deduce que no habría problema con el monstruo en turno, si los cineastas no lo hubieran despertado con su escándalo... Entre otras, lo vimos en la versión desmejorada de Godzilla, también en La Era del Hielo 3 y Peter Jackson no pudo resistir la tentación con Smaug, la lagartijota de El Hobbit.