Joel Meza propone un cliché que puede servir de corolario para otro cliché, el LXXXV:La bronca es conseguir las agujas... En las películas futuristas, cuando un personaje es dado a la instrospección nostálgica, generalmente pone música para acompañar sus pensamientos. Pero no hace lo que la gente normal, que es prender el chunche reproductor de música que pudiera usarse en ese tiempo (algún imaginado futuro tataranieto del Walkman o el iPod, por ejemplo), sino que escoge algún disco de ¡su colección de LPs de vinil! y lo pone en su atesorado tocadiscos. Por supuesto, la canción será alguna conocida selección del siglo XX, porque ya sabemos que en el siglo XXI la humanidad se pegó colectivamente en la cabeza y perdimos la habilidad de producir música memorable para las generaciones por venir. Este año ya lo vimos en Mi Novio es un Zombie y actualmente en cartelera, Tom Cruise, además de correr muy rápido, desempolva sus viniles, en Oblivion.