Joel Meza propone:
Odio hablar con grabadoras. En las películas situadas en la época actual en que hasta el periodiquero de la esquina trae su nextel, la única forma en que funcionen tramas jaladas de los pelos es que los personajes a quienes se necesita localizar con urgencia no usen celular, radio o ya de perdida un arcaico beeper. En su lugar, quien los busca se tiene que conformar con llamar a la casa del susodicho para oir el mensaje de la contestadora que pide, con voz por demás calmada (de paso contrastando con la desesperación de quien llama): "No estoy. Por favor, deja tu mensaje..." Ver el ejemplo más reciente en Agente Salt.