El cliché que yo ya vi/LXXXIX

Publicado el 15 octubre 2011 por Diezmartinez

Abraham Sánchez Espinoza (@Buster_Chaplin en twitter) propone: Un tren cargado de clichés: Dentro de un sueño en un elevador, una hermosa mujer le muestra a un hombre sus distintos traumas del pasado. En uno de estos niveles lo vemos a sí mismo asesinando a un hombre, en otro lo vemos lanzándose cual Tarzán de algún árbol. Llega el momento en el que la puerta del elevador se abre y lo vemos luchando mano a mano con otro hombre dentro del compartimiento de un tren, al tiempo que la misteriosa mujer le indica: “hemos llegado al piso del suspenso”. La escena luce como inspiración para Christopher Nolan en El Origen (Inception), donde la no tan suculenta Ellen Page se adentraba en un sueño donde observaba los traumas del personaje de di Caprio en los diferentes niveles del elevador. Ignoro si espiar dentro de los sueños los recuerdos de las personas en el elevador sea ya un cliché, pues no conozco muchas escenas similares, aunque podríamos estar viendo uno en gestación (una inception, pues).  Sin embargo, el cliché que nos interesa ahora es el del hombre peleando mano a mano dentro del vagón del tren, que como bien indica Paprika, es uno que suele darse en las películas de suspenso.La palabra suspenso en el cine, se asocia de inmediato con ese sujeto regordete llamado Alfred Hitchcock, cuya fascinación por las escenas dentro de trenes lo hacen un infaltable dentro de esta selección. La película hitchcocknianana por excelencia que se desarrolla dentro de un tren es sin muchas dudas La Dama Desaparece (The lady vanishes), en la que vemos la ridícula pero divertidísima pelea entre un mago y un músico pelafustán (aunque caballero después de todo, pues ayuda a la damisela en peligro), quienes luchan ante la mirada atónita de un grupo de conejos que lucen recién salidos del sombrero. La pelea por supuesto que debía terminar con mordida y macanazo incluídos, justo antes de que el mago nos deleite con un acto de desaparición. Si hasta parece sacado de un circo. Para magos y circos tenemos buenos ejemplos, uno de mis favoritos ocurre en Harry Potter y el Misterio del Príncipe (Harry potter and the Half-Blood Prince), cuando Draco Malfoy le parte la cara a Harry dentro del expreso de Hogwarts, todo por andar de chismoso escuchando conversaciones en el vagón, dejándolo en el suelo humillado e inmovilizado donde nadie podrá encontrarlo. Para circos, Agua oara elefantes (Water for Elephants), en el que el codicioso dueño de un circo, con ayuda de su fortachoso matón, golpea y lanza del vagón a sus empleados con tal de no pagarles. Claro que a veces también golpea y despacha polizones y si le caen bien hasta los contrata como veterinarios del circo, como le ocurre al personaje de Robert Pattinson. Obviamente Pattinson no se salva de que lo agarren a trancazos antes de ser contratado. Seguramente la escena les quedó tan bien porque a Christoph Waltz no le gustó Crepúsculo, aunque cuentan que si le gustó Del Crepúsculo al Amanecer (me pregunto porque será: ¿qué acaso no es la misma saga?) Pero para quien sí le guste y sea Team Jacob tenemos la escena que inspira este escrito, la cual ocurre en esa cinta de acción adolescente casi hitchcockniana llamada Sin Escape (Abduction), en la que el lobo favorito de todos descubre que sus verdaderos padres fueron espías, por lo ahora que debe huir de la policía y de los mafiosos que lo persiguen, todo acompañado de una guapa chica a la que se fajonea dentro del tren. Luego de esta sesión de caricias, la chica muy amablemente va por la comida y le avisa que cuando regrese tocará 3 veces la puerta del compartimiento. Como es de esperarse, no faltará el espía de Europa del Este que los anda buscando dentro del tren, quien primero le dará de catorrazos a la chica dejándola esposada en el vagón (chin, ese cliché prometo escribirlo 8 Minutos Antes de Morir y a Máxima Velocidad). Luego de esta desigual lucha preliminar, la pelea estelar es un mano a mano bastante emocionante entre "Lobezno Jr." y este fortachón espía, quien sale disparado por la ventana del tren. Seguro que Taylor Lautner vió Agua Para Elefantes y pensó que se andaba tirando a Edward del vagón del tren para quedarse con la Bella hija de Phil Collins. Asi hasta yo. ¿Espías misóginos que envían a las chicas por la comida, que tocan 3 veces antes de entrar y con un mano a mano emocionante dentro de un tren? No podía faltar el clásico de clásicos del cliché, el señor Sean Connery como James Bond en Desde Rusia Con Amor (From Russia with love). Cierto, casi una calca de lo que ocurre en Sin Escape, por algo es cliché. Ahí James Bond es el que va por la comida luego de merendarse a la chica y avisa que tocará tres veces, aunque todo es un pretexto para irse a cotorrear un rato con don Pedro Armendariz. Más adelante, el fortachón espía ruso de rigor se despacha a la bella chica drogándola con un vino (antes eran más caballerosos), quedando frente a frente con el indefenso 007, a punto de asesinarlo con una pistola. Lo que sigue es una de las luchas cuerpo a cuerpo más recordadas en la historia de la franquicia, un imposible mano a mano en technicolor donde ya sabemos quien saldrá victorioso, lo cual no lo hace menos emocionante. Pero si le gusta más la acción que el suspenso, también está ese cliché en el que la lucha ocurre encima del vagón, pero escribir de ello resulta Misión Imposible. Su misión, si deciden aceptarla, es compartir algunos ejemplos. Este blog se autodestruirá en 5 segundos (chin, una disculpa don).