El clima de nuestro planeta resulta excesivamente duro para personajes como don Quijote, Ismail Kadaré

Publicado el 22 febrero 2017 por Kim Nguyen

A propósito de las relaciones entre la vida y la literatura puede afirmarse que los personajes más famosos, los que aunque diferentes, han tenido la mala o buena fortuna de hacerse más populares, son Prometeo y Don Quijote. Los dos han sido remodelados por ella y, según se ve, la historia todavía no ha llegado a su final.
La intervención de la humanidad es extremadamente poderosa; para bien o para mal. Prometeo se ha beneficiado de ese contacto. Don Quijote, como ya se ha dicho, ha perdido con él.
La explicación es sencilla: Prometeo fue amasado por la leyenda y más tarde por el “padre de la tragedia”, Esquilo, no del modo en que le conocemos hoy. Su figura ha sido enriquecida, de siglo en siglo, por la humanidad. Su dosis de heroísmo se ha visto incrementada, mientras que sus vacilaciones, dudas y compromisos se han difuminado. Con ello la humanidad entera pretendía la revisión, la enmienda de su figura. Y podemos afirmar que lo consiguió. En su segunda existencia, en la vida cotidiana, Prometeo no es el mismo que en el arte. Con don Quijote, como se ha dicho más arriba, ha sucedido lo contrario.
Ya hemos visto que su nombre ha sido pisoteado y que su honor ha sido maltratado de forma indigna, mucho peor que en las ventas españolas.
La suerte de don Quijote nos hace conscientes de una gran verdad: el clima de nuestro planeta resulta excesivamente duro para personajes así, tan delicados y frágiles como don Quijote. Por eso, cuando ellos se aventuran a salir del vientre de la literatura, lo mismo que los niños del útero materno, su aventura puede tener consecuencias dramáticas. Estamos obligados a defender a este gran personaje de la humanidad. Aún no se ha dado con el procedimiento adecuado para estos casos. Nuestra propia conciencia todavía no está preparada para hazañas semejantes. Una proposición así puede sonar inasequible, al igual que años atrás la llamada para la defensa del espacio; lo mismo que las ideas sobre los derechos humanos en alguno de los discursos del propio don Quijote, hace cuatrocientos años. Si así fuera, ¡tanto mejor!

Ismaíl Kadaré
Don Quijote en los Balcanes
París, 7 de marzo de 2005

Foto: Ismail Kadaré en 2005