Hace ya unos meses que cambié la imagen de cabecera de esta bitácora ciclista. Desde entonces vengo retrasando una entrada en el blog para hacer justicia a esta foto mítica que me proporcionó Dani García de la Cuesta del Día del Pedal de 1933 convocado por el Club Ciclista Gijonés.
Y tras muchas reflexiones, opté por pedirle una colaboración a mi amigo Ángel Mato, historiador, artífice de la exposición “La Bici en Gijón: del Velocípedo al Carril Bici” y a la sazón una de las personas que más sabe sobre el Club. Él, que tan alegremente me dijo un día que “30 Días en Bici me recuerda al espíritu pionero y popular del CCG” (para mi secreto deleite y pública expresión de modestia), sin mayor dilación me escribió este magnífico artículo que trascribo palabra por palabra, añadiendo eso sí un par de fotos para vuestro deleite y unas pocas negritas de mi cosecha.
El Club Ciclista Gijonés
La institución de referencia, sin lugar a dudas, en la práctica del ciclismo en Gijón fue el Club Ciclista Gijonés fundado en 1903 por los hermanos De la Cuesta y otros conocidos deportistas locales, bajo la presidencia de Rodrigo Carbajal, y con el apoyo de “… un grupo de entusiastas del deporte, entre los que se encontraban prestigiosos hombre de negocio, como D. Felipe Menéndez, médicos, D. Justo del Castillo, industriales, etc.”. Todos ellos pusieron en marcha una entidad de corte popular, próxima al componente obrero, alejada de los pioneros y elitistas clubs de velocipedistas.
En su constitución en el café Suizo participaron “… unos cuantos chavales envenenados por el ciclismo”, según Marceliano de la Cuesta, entre los que figuraban su hermano Jesús, el ciclista Enrique Juanes, Alberto de Lera, destacado miembro de la masonería local, Juan del Campo, Demetrio Fernández Castrillón, Rodrigo Carvajal, Enrique Canga, Guzmán de Pineda, Miguel de Pineda, Conrado de Pineda, Emilio García, Macario Menéndez, y Guillermo Crosa. Con el fin de afiliarse a la Unión Velocipédica Española, el Club se refundó en 1907 para poder solicitar para el año siguiente el Campeonato de España de Fondo en Carretera. Comenzó con un centenar de socios ese año y una modesta cuota de 0,50 pesetas con el fin de lograr asociar al elemento obrero local y en su momento álgido, hacia los años veinte, llegó a tener 550 socios.
El ambiente deportivo gijonés se caracterizaba por su transversalidad y los jóvenes deportistas locales practicaban distintas especialidades que combinaban según sus cualidades, la disponibilidad laboral y las posibilidades del calendario. Ya se ha reseñado el perfil de un deportista como Marceliano de la Cuesta que se dedicaba prioritariamente al ciclismo, pero que también fue futbolista, luchador y montañero, en suma que canalizaba toda su vitalidad hacia los nuevos sports. En otros casos, conocemos a futbolistas muy vinculados al mundo de la bicicleta, como Ramón Moré, destacado jugador del Sporting que llegó a ocupar el cargo de Presidente del Club Ciclista Gijonés. Con este cruce de especialidades deportivas no es de extrañar que los maillots ciclistas se correspondan con los del fútbol de cada localidad, tal como pasaba con un equipo de Vizcaya que vestía los colores del Atletic de Bilbao o, en algunos casos, de corredores gijoneses con camisetas similares a las del balompédico Sporting.
En 1945 fue refundado el Club Ciclista Gijonés por iniciativa de Ramón Menéndez y Corsino Canal, con el apoyo de Marceliano Cuesta y bajo la presidencia de Ramón Moré, consolidándose como la gran entidad en la organización de todo tipo de pruebas populares durante muchos años (carreras de principiantes, de socios, de aficionados, de cintas, carreras lentas, etc.).