Película transgresora, que rompió ciertos cánones de sutileza, dentro del cine comercial. Un golpe a las pautas sociales, económicas, al sistema e incluso hacia uno mismo, con ese afán por adaptarnos olvidándonos de ser uno mismo. Todo envuelto en una estética de locura y esquizofrenia, con esos claro-oscuros tan clásicos de Fincher, y una bso trepidante. Interpretativamente, los dos protagonistas lo bordan. Un Edward Norton magnífico en sus altibajos de temperamento, y un Brad Pitt, perfecto en un personaje que podía caer en lo caricaturesco. Film más que imprescindible.
Mi Puntuación: 9.1