Cómo a la mayoría de vosotros, en nuestra nave nos encantan las palomitas saladas, nos gustan a todos, hasta Linda disfruta con ellas. Pero ¿qué pasa cuando son motivo de discordia? pues que esto parece El Club de la lucha.
Con las primeras explosiones en el microondas, el ambiente comienza a caldearse, al abrir el paquete y salir el aire caliente impregnado de su delicioso olor, las bocas empiezan a segregar saliva. Pero cuando el bol llega al sofá, nunca sabes lo que va a suceder. A veces, nos unimos a su alrededor como una fogata en una acampada (no hagáis fuego fuera de las zonas habilitadas para ese menester, los montes están muy secos y el fuego es peligroso), pero otras veces, el resultado es bien distinto, y si no me creéis, aquí tenéis la prueba.