Iba a decir que era estupendo esto de leer libros que no pertenecen a sagas... pero me he llevado la sorpresa cuando, al ir a buscar el argumento para copypastearlo (vaga que es una ¿qué pasa?), me he encontrado con la noticia de que tendrá una secuela en 2015 (aquí os dejo la noticia, del propio blog de la autora... en inglés, claro). Pero bueno, no es imprescindible leerla, desde luego, pues la historia queda bien cerrada.
De acuerdo, quizá cambie de opinión dentro de unos diez años, cuando ya no viva en Parkview (EE.UU.), ni asista al instituto McKinley; pero por el momento, he acabado con los chicos. Son unos mentirosos y unos estafadores. La escoria de la Tierra.
Sí, desde el primero hasta el último. La maldad personificada.
Algunos parecen agradables, claro; pero en cuanto consiguen lo que buscan, se deshacen de ti y pasan al objetivo siguiente. Así que he terminado. NO MÁS CHICOS. Punto final.Sólo con esas líneas, por el tono en que nos imaginamos a la protagonista diciendo las frases, es fácil imaginar que tenemos delante una novela juvenil cuyo fin principal es el entretenimiento. No se le puede pedir más. Toda entera podría ser el guión de la típica película americana de instituto. Diría que ya estoy algo mayor para estas lecturas y no mentiría, pero aún así he quedado bastante satisfecha.La principal baza de esta novela es el ritmo ágil con una extensión justa, de unas 250 páginas, narrada de manera simpática y fresca desde el punto de vista de una adolescente que, al menos a mí, me ha caído bastante bien. Con esta historia, la autora busca hacer reflexionar a las chicas que la lean sobre las relaciones de pareja. En concreto, se centra en las amistades, dejando al margen lo que serían problemas amorosos. Cuando Penny, por ese desengaño, forma el club que da título a la historia, y que coge de uno de los discos de The Beatles, la función principal es alejarse de los chicos en una actitud extrema de rechazo a éstos. Pronto se le unen amigas y cada vez atraen a más chicas igual de desencantadas con el sexo contrario. Lo bueno es que de ahí se evoluciona hacia la valoración de la amistad entre chicas, que acaba teniendo más importancia para ella que salir con un chico. También aprenden a valorarse por ellas mismas, a no cambiar su forma de ser o vestir por así agradar más a su pareja, o incluso a saber que se puede estar sin novio y ser feliz. Todo esto son, al final, unas lecciones obvias pero importantes para las adolescentes a las que, principalmente, va dirigido el libro.Obviamente, esa visión tan radical de Penny no puede durar eternamente y aparecerán un par de chicos, uno de ellos especialmente (que en realidad, ya tenía de antes cerca), que le harán ver que no todos son escoria. Pero entonces aparece un nuevo dilema para la protagonista ¿ser fiel a las reglas del club de no salir con chicos, siendo ella la líder, asegurándose de que así no le hagan daño de nuevo o arriesgarse a cambiar? No os voy a engañar, la historia va a lo previsible y ahí reside la gran pega del libro: no hay ninguna sorpresa, el planteamiento de toda la novela es muy básico y elemental, con pocos hechos que sorprendan. En definitiva, es MUY simple y sencillo. También es cierto que ahí reside parte de su encanto, en no ser más de lo que pretende.