'El club de los parricidas', de Ambrose Bierce

Publicado el 04 diciembre 2011 por Carm9n @Carmenyamigos

El club de los parricidas, de Ambrose Bierce, es uno de los libros que puede ser vuestro, junto con otros cuatro de Editorial Traspiés, si os animáis a participar en el Sorteo 5 en 1, activo en el blog y sobre el que podéis informaros AQUÍ.
El libro, con prólogo y traducción, muy buen traducción, de Jesús Aguado e ilustraciones de Pablo López Miñarro, se compone de cinco relatos: Aceite de perro, Un incendio imperfecto, Mi asesinato preferido, Una tumba sin fondo y El hipnotizador, a cada cual mejor. Os pongo la frase inicial de mis tres favoritos para que os hagáis una idea de lo que os váis encontrar...
Aceite de perro
"Me llamo Boffer Bings. Nací de padres honestos que ejercían dos de los oficios más humildes: mi padre era fabricante de aceite de perro y mi madre se encargaba de los bebés no deseados en un pequeña habitación adyacente a la iglesia del pueblo."
Un incendio imperfecto
" Una mañana de primeros de junio de 1872 asesiné a mi padre, un acto que, en aquel tiempo, dejó una honda impresión en mí."
Una tumba sin fondo
"Me llamo John Brewalter. Mi padre, un borracho, patentó el modo de conseguir granos de café de arcilla, pero como era una persona honesta no quiso dedicarse a ese negocio personalmente."

Ambrose Bierce (1842-1913)

Os diré que la lectura de este recopilatorio ha sido una verdadera delicia. Las víctimas de los asesinatos son siempre, se deduce del título, los progenitores, o padre o madre o ambos, excepto en uno de los relatos en los que la segunda víctima es un tío, y el tono mordaz, sarcástico, de estudiada candidez, ese humor negro con el que son narrados los asesinatos (cada uno de los asesinos es el narrador de su crimen) hace inevitable la risa o sonrisa en muchas ocasiones.
Como dice Jesús Aguado en el prólogo, el problema no es fantasear con la muerte de los padres, que en algunos casos pude ser una liberación, sino el llevar a cabo los crímenes. Para Ambrose Bierce, cuentista y ácido periodista, escribir estos relatos debió ser, desde luego, una especie de terapia. Bierce, de padres puritanos calvinista, era el décimo hijo de un total de catorce, y desarrolló hacia todos ellos, a excepción su hermano Albert, un odio visceral. Os animo a que leáis sobre la interesante biografía de este autor, cuya desaparición y muerte sigue siendo un misterio hoy en día. 
El club de los parricidas me ha encantado, tanto que espero continuar leyendo pronto a Ambrose Bierce, y además la edición que nos trae Editorial Traspiés es muy bonita (portada, tipo de letra, papel utilizado, ilustraciones,...) y tiene una muy buena traducción, que capta el espíritu Bierce. Una lectura, sin duda, muy recomendable.

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