En el se analizó la capacidad que tiene la Tierra para hacer frente a este aumento de emisiones. Hasta hace poco, gran parte del CO2 provocado por la actividad humana terminaba en los océanos o podía ser absorbido por la vegetación. Sin dudas, esto era positivo porque el dióxido de carbono no llegaba al atmósfera y se evitaba el aumento del efecto invernadero. En la actualidad los sumideros de carbono son menos eficaces y ya no resisten.
Por otra parte, lo más preocupante es que las emisiones han estado creciendo demasido rápidamente durante la última década. Para suministrar cifras más exactas desde el año 2000 se ha observado un aumento del 29%. Durante esta última década, las emisiones de dióxido de carbono están creciendo un 3,4% por año en comparación a la década de 1990 al 2000.
En gran medida, esto se debe a las emisiones de los países en vías de desarrollo que han hasta triplicado la cifra. Los países industrializados emiten algo menos que las economías emergentes pero la problemática es a nivel mundial y el calentamiento global avanza.