El Coaching 3.0

Por Eandres

Cierto es que el Coaching está de moda en todos los ámbitos y dimensiones empresariales. La aparición de coaches, expertos de acompañamiento, gurús… ha acelerado, en las grandes organizaciones, que los mandos intermedios y directivos tengan un coach personal para la mejora de sus objetivos y retos departamentales. En la alta dirección se justifica el acompañamiento de un coach para superar el síndrome de la “soledad del directivo”. La mala gestión del tiempo de los directivos lleva a contar con alguien que les oriente, les ponga en el camino y les asesore de una forma seria.   En los últimos años, en el mundo del coaching han proliferado asociaciones, escuelas, certificaciones, diplomaturas, programas satélites. Pero, ¿tenemos certeza de qué va a ser del coaching?, ¿qué futuro le espera?, ¿cómo va a evolucionar?, ¿cómo se integrará en el ser y hacer de las empresas y profesionales?... o ¿es una pura moda empresarial para unos y social para otros?. Pongamos respuesta a todas estas preguntas…. Quizá desde ahí construyamos lo que va a ser el Coaching 3.0.
No sé como lo podemos percibir o mejor dicho imaginar. Lo que si tengo claro es que el coach 3.0 debe ser un profundo conocedor de la realidad social del directivo y de las características propias de la sociedad y empresa en la que éste desarrolla su actividad. En nuestra sociedad de consumo, todo puede escogerse a placer y libertad. Es peligroso pensar que el coaching pueda ser definido como una moda y como una distinción social. Tenemos que apartar con absoluta urgencia el coaching de cualquier apodo de exotismo u originalidad, para convertirlo en un modelo serio de gestión, una ayuda indiscutible para los directivos sin tiempo, sin recursos y sin nadie que los acompañe con firmeza por el camino que ellos mismos han elegido seguir. La figura del coach 3.0 debe ser coherente con los valores de su cliente, con los valores de la empresa y con sus propios valores, sin perder independencia, sin perder compromiso. Por tanto, este equilibrio entre el compromiso y la interdependencia afectiva es lo que marcará la diferencia de un coach convencional del coach 3.0. Algunos de los valores del coach 3.0 deben ser: ·   La escucha activa++. Supone un aprendizaje que va más allá de mejorar las propias capacidades de la escucha, pues debe despertar actitudes para saber comprender y entender los motivos, sentimientos y opiniones de los demás, antes de analizar e invocar la exploración desde distintas perspectivas. ·   El trabajo sistémico. No se puede entender una figura del coach actuando de manera solitaria y subida en el pedestal de la vanidad ante una sociedad sistémica y expuesta a interacciones constantes. ·   La generosidad hacia el directivo inmerso en un proceso de coaching. Éste va a necesitar tiempo adicional, retomar o replantear algún camino frente a sus propias expectativas y técnicas de exploración. ·   La capacidad de análisis y síntesis. Distinción imprescindible para la profesión de coach. El coach 3.0 debe luchar contra los elementos distorsionantes del proceso, con la autoestima del directivo y desde su propio testimonio, sus recursos y su madurez personal ofrecerle una perspectiva valiosa para hacer frente a los comités de empresa, consejos de administración, asesores externos, equipos de proyecto, … El Coaching 3.0 requiere un mayor compromiso por parte del coach y un reto empresarial sostenible para el directivo, líder, gestor. Si MKT 3.0 significa lograr el cambio hacia un marketing de valores y RRHH 3.0 significa lograr la gestión de personas basada en valores, entonces el Coaching 3.0 persigue la consecución del cambio real de la persona desde sus valores alineados con los valores de su entorno directo. 
Por cierto, ¿y qué ha pasado con el Coaching 2.0?. En otro momento lo comentaremos.