Estos son principios atacados y opuestos respectivamente por las leyes sobre el aborto y la eutanasia; la «ley de Educación Celaá» –de la actual Embajadora de España ante la Santa Sede–, y por las leyes que despliegan la ideología marxista de género LGTBIQ. Son principios tan esenciales para la Iglesia Católica, que los sumos Pontífices San Juan Pablo II y Benedicto XVI, se pronunciaron con tanta claridad como contundencia respecto a todos ellos considerándolos, junto al bien común, como «principios no negociables para un católico».
La confusión y la ignorancia, llegan a situaciones tan elevadas como la de un ex diputado socialista, al que un caso de –presunto– abuso sexual escolar a un hijo suyo, lanzó a la fama y de ahí a una candidatura socialista por La Rioja. Ahora se ha descolgado con unas declaraciones en un video colgado en su Twitter que recogen lo que piensa al respecto un tan «ilustrado» ex diputado, y que dejo a su criterio, amable lector, el calificar: «La Iglesia está por debajo del Estado y debe someterse a todos los criterios que el Estado decida». No debe extrañar pues que pontifique tan ilustre prócer que «se puede ser cristiano y socialista», pero no «ultra católico y socialista», con el argumento de que las del aborto y la eutanasia son leyes «cristianas, y no ultra católicas» porque «lo que la Iglesia hace en este país es tan repugnante como fruto delirante de un sectarismo atroz». Vivimos tiempos ya anunciados de apostasía pública y publicada, y la verdad debe ser defendida y proclamada. También para poder ser auténticamente libres.
Jorge Fernández Díaz
19.07.2023