Bienvenidos una vez más a una nueva entrega de [El Códec]. Hoy miércoles nos trasladaremos de nuevo a una de esas sagas siempre presentes en nuestro corazón gamer, una saga con la que muchos, si no empezamos en este mundo de los videojuegos, despertó esta pasión en nosotros. La aventura gráfica por excelencia, hablamos por supuesto, de Monkey Island.
Hace unos meses homenajeamos a uno de los personajes más queridos de la saga a pesar de su corto protagonismo, Jojo the monkey, quien nos hizo disfrutar de lo lindo tocando su piano. Y hoy volvemos a los orígenes, a Melée Island, y mas concretamente al lugar dónde la vida de nuestro amigo Guybrush Threepwood cambiaría para siempre, el Scumm Bar, un lugar pintoresco lleno de gente aun más pintoresca y dónde empezaría nuestro adiestramiento en las artes piratas.
Y siendo el lugar dónde comienza nuestra historia, debía ser un lugar recordado años después por infinidad de motivos: Perros que hablan, piratas carismáticos y con un gran futuro en la publicidad, y por supuesto, su banda sonora. Porqué en el mundo no hay un gamer que habiendo jugado al clásico Monkey Island, o a la remasterización lanzada hace unos años, no se le antoje, al escuchar esta melodía, tomar una gran jarra de grog.
¡Mira detrás de ti! ¡Un mono de tres cabezas!