El Código de los Angeles

Por Carolina Guzman Sanchez @RevistaPazcana
Gracias por compartir esta historia real que nos conmueve y nos lleva a pensar en el verdadero significado del amor.

Por Angélica Villalba**

El código de los ángeles: Y ella cerró los ojos, mientras su cuerpo se apagaba lentamente. Yo estaba parada ahí, a su lado, viéndola morir, sin poder hacer nada, sin aplacar su dolor.

Séptima Parte 

Ángela venga rápido a su mamá le pasa algo. La escena no podía ser más triste, Enrique tenía a su madre en sus brazos, ella desgonzada solo decía incoherencias, frases inconclusas. La llevaron a la clínica, médicos y enfermeras, todos corrían. Ángela paralizada veía como la conectaban a muchos aparatos ¿era acaso el principio del fin?

Se sentó en una vieja sala de espera, cerró los ojos y oraba con tanta fe: No te la lleves por favor, te lo suplico, no sé vivir sin ella, perdóname si he cometido errores, si es mi culpa, por favor perdóname. Ya no sé qué más hacer, pídeme lo que sea y lo hago.

De pronto, escuchó un grito que la sacó de su meditación, una meditación, que por primera vez en su vida era real.  Hola, me llamo Julia, necesito hablar con alguien, la que grita es mi mamá, lleva un año con cáncer de pulmón. Ya no es ella, no puede respirar, es un cuerpo adolorido. ¿Sabes Ángela? a veces es mejor dejar ir a los que realmente amamos, ese es el valor de un sentimiento tan puro, no seas egoísta.

Ángela no se preguntó porque esa mujer sabía su nombre. Sólo se paró, entró a la sala donde tenían a su madre. La tomó de la mano y le dijo. Te amo, pero ya debes irte, yo me haré cargo de todo, del viejo. No fue capaz de cubrir su pecho, que estaba descubierto por los aparatos, que tenía conectados, como una garrapata a la piel.

Luego se apartó, llegó su papá, su hermana, todos, ella sentía que estaba en una escena de una película de terror. Solo la voz del médico la sacó de su trance.

-Está bien lo que le dijiste, el cáncer le invadió también el intestino. Ángela no lo escuchó, salió de la sala, y se sintió mal porque no podía llorar.

Buscó a esa mujer, pero ya no estaba, no había nadie y los gritos habían cesado. El doctor tocó su hombro y le dijo al oído: ya se fue. Y sólo en ese momento, Ángela entendió que su mamá tenía razón, los ángeles sí existían, ellos la sacaron de ese cuerpo roto, ya no era el código 2378672, el dolor se había ido, sólo quedaba el amor. Virginia era otra vez libre, era ella de nuevo. Sintió el olor a rosas, a sangre. Era verdad.

Fin.


Gracias por compartir esta historia real que nos conmueve y nos lleva a pensar en el verdadero significado del amor.



**Acerca de Angélica Villalba: Periodista. Nuestra redactora de eventos y Boletines de prensa con su emprendimiento Prensa Efectiva. Angie ha participado como productora de contenidos para televisión en diferentes canales. Canal Uno con ‘En Las Mañanas Con Uno’ es su gran orgullo. AVC Es una sensible jugadora del buen ánimo de quienes le rodean. No se rinde hasta sacarte una sonrisa del corazón. Y no para de misionar con “buscando ser libre” E-mail:  angelikvillalba@yahoo.com


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