Hace unos días, os comentaba cómo era el coleccionismo en las sociedades antiguas y me adentré en la medieval; hoy os voy a enseñar cómo vivian el coleccionismo los humanistas del Renacimiento, el Barroco y en el siglo XIX.
Como dije, hasta la Edad Media el coleccionismo se había considerado una actividad para las personas más importantes, ya fueran reyes o personajes del estamento esclesiastico. En cambio, cuando se entró en la Edad Moderna (siglos XIV y XV) se pasa a un coleccionismo personalizado y la intención liturgica y sagrada da paso a la intención política. Es decir, el caracter privado pasó a ser público y para esto no encuentro mejor ejemplo que la Galeria Uffizi de Florencia.
¿Por qué ya no se considera privado? Porque aparecen los criterios de colección y también aparece la figura del coleccionista, que elige o colecciona obras, las organiza y clasifica según su criterio, además de conservar las mismas. Normalmente estos personajes eran miembros del estamento nobiliario o los altos dignatarios que se encargarán de hablar con los artistas para realizar obras a su gusto, es decir, son los llamados mecenas. Estos mecenas firmarán un contrato escrito en el que controlarán la forma de hacer el arte, a parte de estipular los ingresos y beneficios del artista.
Por otro lado está la burguesía, una clase social que comenzó a tener una gran importancia, pues aunque no tenían títulos importantes, era la clase más rica y la que dominaba el comercio. Impondrá su gusto y pone en contacto el arte del ambiente cortesano al ciudadano.
En esta época se coleccionaba en las ferias: lugares de exposición de artes y venta, de hecho, será el primer lugar donde se de la venta directa. Al mismo tiempo se crean las tiendas de arte, que son pequeños intermediarios formados en escuelas o talleres y que luego darán lugar a los anticuarios o casas de subastas.
Por este interés generalizado en el arte, comenzarán a surgir en las ciudades las escuelas de arte.
Es el Renacimiento la etapa más frutifera y cambiante ya que es una cultura de la curiosidad, en la que se valora a los clásicos y que tiene una antiguedad a imitar. Su mentalidad se caracteriza por la concepción del hombre como el centro del universo y que da lugar al concepto del Humanismo.
En el arte hay un dominio de elementos de la naturaleza y obras propias del ser humano. De este modo, coleccionaban objetos raros, extraños, de diferentes orígenes, antigüedades, objetos de caracter histórico y objetos científicos. Normalmente estos objetos se guardaban en lugares específicos, de ahí que nazcan los espacios privados adecuados para las colecciones como el studiolo. Este es un refugio íntimo e intelectivo, lugar de estudio para el perfecto humanista que demuestra interés por las artes y la cultura ,además de la política. Será una mezcla de erudición y satisfacción en su residencia privada.
Continuara...