Su Construcción:El Coloso de Rodas, era según los estudios una estatua de bronce de 32 metros, cuya construcción comenzó en el año 292 a. de C. y tardó aproximadamente unos 12 años en ser terminada. Se construyó a manera de pórtico con base de láminas de bronce sobre un armazón de hierro que se levantaba sobre una plataforma de mármol a un lado del puerto de la isla, y que era visible desde grandes distancias. Según describió el escritor se utilizaron para su construcción 500 talentos de bronce y 300 de hierro (equivalentes a 12.9 7.7 toneladas respectivamente). El diseño era de una figura del dios Helio, dios del día, de la luz y de la armonía, con una portentosa antorcha en su mano, (Helios no era un dios griego sino asiático, que llegó al poder en las grandes ciudades del oriente, en las ciudades helenísticas como Pérgamo y Rodas y al igual que Jesucristo nació un 25 de diciembre).
Aunque se cree que las embarcaciones se desplazaban por debajo de sus piernas al entrar y salir del puerto, otros estudios dicen que esto no era posible pues tendría que haber medido unos 400 metros y n el metal, ni la piedra de una estatua a estribo podría haber soportado la carga masiva, ni la fuerza de los vientos invernales, por lo que se cree que la primera versión no es más que una leyenda nacida en el siglo XVI y que posiblemente el Coloso de Rodas al igual que otras estatuas de este tipo, se erigían junto a un templo, sin embargo en la Ciudad de Rodas, el templo de Helios estaba en el interior de la misma, y no se ha encontrado ni un rastro del Coloso en el, así que quedan abiertas muchas posibilidades. El propio creador de la obra no la pudo ver concluida, pues se suicidó después de enloquecer pensando que había hecho un trabajo deficiente y que se derrumbaría de inmediato, fue su discípulo Lacho quien la concluyó.
Puerto Mandraki en Rodas, donde se supone se ubicaba el Coloso
Su destrucción:Fue tan solo 60 años después de su construcción que el Coloso de Rodas sucumbió ante las intempestivas fuerzas de la naturaleza y fue derribado por un terremoto, dejándolo en escombros en las puertas de la ciudad, sumergido en las cristalinas aguas del mar, lo que le convierte en la obra de más corta vida de Las 7 Maravillas del Mundo. Posteriormente el monarca egipcio Ptolomeo, ofreció ayuda económica para volver a instalarlo en su sitio, pero luego de una previa consulta al oráculo, el ofrecimiento fue rechazado. Ya en el año 654 d. de C. con la zona bajo el control de los musulmanes, los restos del Coloso fueron vendidos a un mercader sirio que hizo cortar en trozos todas las placas de bronce juntando 300 toneladas, que fueron llevadas hacia oriente en una interminable caravana de novecientos camellos y jamás volvió a saberse nada de él.Es difícil saber cuántas obras de bronce hemos apreciado en museo del todo el mundo, que probablemente fueron construidas con el bronce fundido que un día dio vida al Gran Coloso de Rodas, que hoy solo forma parte de nuestra insaciable imaginación.