A modo de ejemplo: el Panzer III, en servicio durante toda la guerra y del que se fabricaron más de 5.700 unidades en varias versiones, pesaba 12,5 toneladas y podía desarrollar entre los 42 Km/h en carretera y los 20 Km/h campo a través. El tanque consumía 1,83 litros por cada kilómetro. Si tomamos como ejemplo el Panzer VI, conocido como Tiger, los gastos son estratosféricos. Su consumo normal estaba en 15 litros por kilómetro y una velocidad ligeramente superior al Panzer III. En comparación con un tanque moderno, el europeo Leopard 2 usa 7 litros de gasoil para recorrer un kilómetro, a una velocidad máxima de 72 Km/h. El M1 Abrams gasta 14,8 L/km y una velocidad máxima de 67 Km/h. Las diferencias de consumos entre ambos blindados demuestra que Europa es más dependiente del combustible de terceros que Estados Unidos.
El combustible es una necesidad estratégica de la guerra moderna.
Como un modo alternativo de reducir la dependencia de otros países, se desarrollaron diferentes técnicas para obtener combustible sintético. Con estos procesos se consiguió que aproximadamente el 90% del utilizado por la Wehrmacht durante toda la Segunda Guerra Mundial fuera sintético, principalmente producido a base de carbón hidrogenado. Para el proceso de fabricación se construyeron en Alemania, hasta el año1941, un importante número de plantas que transformaban el carbón bituminoso en más de 930.000 toneladas de combustible anuales, llegando a producir 25,5 millones de barriles en 1944. Dentro de las fuerzas armadas alemanas, la mayor consumidora de este tipo de combustible fue la Luftwaffe, que usaba gasolina de menor octanaje que la RAF, lo que limitaba el tiempo de vuelo sobre Gran Bretaña a unos 20 minutos, aunque esto no fuera la única causa.
Para la obtención de estos combustibles sintéticos se utilizaron fundamentalmente dos tipos de procedimientos: el Bergius y el Fischer-Tropsch.
El método más utilizado, con el 70% de la producción total, fue el Bergius. Con este sistema se obtiene gasolina por hidrogenación del carbón sometido a gran presión y elevada temperatura.
El segundo procedimiento, el método Fischer-Tropsch de Hidratación del carbón, da como resultado principalmente petróleo y diésel (gasóleo). Para la obtención de combustible se usa una mezcla de monóxido de carbono e hidrógeno con un catalizador que contiene diversos productos químicos, para posteriormente someterlo todo a alta temperatura y presión. Con las 9 plantas existentes, situadas en la cuenca minera del Ruhr, con el sistema Fischer-Tropsch se producían unos 14.000 barriles al día.
La compañía IG Farben también desarrolló un sistema de licuefacción directa del carbón que producía una considerable cantidad de combustible.
Al menos siete científicos alemanes que habían trabajado en el proceso de obtención de combustibles sintéticos fueron a EE.UU. mediante la Operación Paperclip, a los que se sumaron otros que trabajaron en armas químicas o en las bombas volantes V-1 y V-2. De los ceca de 700 investigadores germanos que llegaron a EE.UU. el más conocido de ellos fue Wernher Von Braun, el padre de la carrera espacial estadounidense.
Para saber más:
University of Chicago
Fischer-Tropsch
Engineering and Technology History
Educación en Ingeniería Química
Weapons and Warfare
TriplenlaceMilitary History & Espionage