El cometa C/1995 O1 Hale-Bopp, el 14 de marzo de 1997. En esta foto obtenida con un telelente, los restos de la cola de polvo están a la derecha, mientras que el brillo, bien separados cola iónica azul está apuntando directamente en oposición al Sol. El cometa Hale-Bopp (cuyo nombre oficial es C/1995 O1) fue probablemente uno de los cometas más observados en el último siglo y uno de los más brillantes que se han visto en décadas. Pudo ser contemplado a simple vista durante 18 meses, casi el doble del tiempo que pudo observarse el Gran Cometa de 1811. El cometa Hale-Bopp fue descubierto el 23 de julio de 1995 a gran distancia del Sol, creándose desde entonces la expectativa de que sería un cometa muy brillante cuando pasara cerca de la Tierra. El brillo de un cometa es algo muy difícil de predecir con exactitud, pero el Hale-Bopp superó todo lo esperado cuando pasó por su perihelio el 1 de abril de 1997. Fue llamado el Gran Cometa de 1997.
Su paso incitó un cierto nivel de preocupación en la población, dado que no se habían visto cometas en muchas décadas. Incluso se esparcieron rumores de que una gran nave extraterrestre estaría siguiendo su paso, lo que incitó un suicidio en masa entre los seguidores de la secta Heaven's Gate.
Alan Hale, en Cloudcroft, Nuevo México, realizaba una búsqueda sistemática de cometas cuando el 23 de julio de 1995 descubrió un objeto brillando de undécima magnitud cerca de la agrupación globular M70, en la constelación de Sagitario. Por su parte, Thomas Bopp observaba el cielo con el telescopio de un amigo, cuando percibió un objeto no catalogado que resultó ser el cometa. Pronto quedó claro que Hale-Bopp no era un cometa corriente: al calcular su órbita, resultó estar a 7,2 unidades astronómicas (UA) del Sol, colocándose entre Júpiter y Saturno a la mayor distancia a la Tierra que cualquier otro cometa descubierto. La mayoría de los cometas a esta distancia son apenas perceptibles y su actividad no es apreciable, pero la cola del Hale-Bopp era observable. En una imagen del Telescopio anglo-australiano de 1993 se encontró el cometa todavía no descubierto a 13 UA del Sol, que es una distancia que en general no permite observar cometas; por ejemplo, el cometa 1P/Halley es 50 000 veces menos luminoso a la misma distancia del Sol. Los análisis indican que su núcleo tiene cerca de 50 kilómetros de diámetro, tres veces el tamaño del Halley.
Su gran distancia y sorprendente actividad indicaba que el cometa Hale-Bopp sería muy brillante al alcanzar su perihelio en 1997. Sin embargo, los especialistas en cometas tuvieron cautela en sus anuncios, debido a lo difícil que es predecir con exactitud el brillo de un cometa. Años antes, en 1973, se anunció que el Cometa Kohoutek sería el cometa del siglo por su brillantez, pero no cumplió las expectativas en ese sentido. El Hale-Bopp se hizo visible a simple vista en verano de 1996, y aunque su brillo se redujo considerablemente en la última mitad de ese año, los científicos seguían siendo cautelosamente optimistas acerca de la posibilidad de que se volviera muy brillante. Se encontraba demasiado cerca del Sol como para que fuese observable durante diciembre de 1996, pero cuando reapareció en enero de 1997 era ya lo suficientemente brillante como para que pudiese ser visto por cualquiera que lo buscase, incluso desde grandes ciudades con cielos contaminados lumínicamente.
A medida que el cometa se aproximaba al Sol, continuaba resplandeciendo, brillando con magnitud dos en febrero, y mostrando un creciente par de colas, con una formada por gas azul apuntando directamente hacia el Sol y la otra cola formada por polvo amarillo curvándose a lo largo de su órbita. El 9 de marzo, un eclipse solar en Mongolia y en el este de Siberia permitió a los observadores situados allí ver el cometa durante el día. Durante su perihelio, el 3 de abril de 1997, el cometa fue espectacular. Brilló más que cualquier estrella del cielo, exceptuando Sirio, y sus dos colas se separaban entre 30 y 40 grados a lo largo del cielo. El cometa era visible bastante antes de que el cielo se oscureciese por completo cada noche, y mientras que muchos grandes cometas están muy próximos al Sol mientras pasan su perihelio, el cometa Hale-Bopp resultaba visible durante toda la noche a los observadores situados en el Hemisferio Norte.
Podría haber sido más impresionante de lo que fue. Si hubiese pasado tan cerca de la Tierra como lo hizo el cometa Hyakutake (C/1996 B2) en 1996, su cola habría ocupado todo el cielo y habría sido más brillante que la luna llena. En cualquier caso, a pesar de que su aproximación máxima a la Tierra se produjo a una distancia mayor que 1 UA (una distancia que habría vuelto invisibles a muchos cometas) el Hale-Bopp todavía copaba la mitad del cielo con sus dos colas, aunque el final de ésta fuese demasiado débil como para ser visible sin emplear ningún instrumento óptico. Tras pasar por su perihelio, el cometa se movió hacia el Hemisferio Sur celeste, y para mucha gente, el espectáculo había terminado. El cometa era mucho menos impresionante para los observadores del Hemisferio Sur de lo que lo había sido en el Hemisferio Norte, pero allí pudieron ver cómo el cometa desaparecía gradualmente de vista durante el verano y otoño de 1997. Las últimas observaciones realizadas a simple vista fueron descritas en diciembre de 1997, lo que significa que el cometa permaneció visible sin ayuda de instrumentos durante 569 días, cerca de 18 meses y medio. El récord anterior lo poseía el Gran Cometa de 1811, que permaneció visible durante casi 9 meses.
Fotografía OriginalCrédito: ESO / E. Slawik