El complejo de dinero. Franzisca von Reventlow

Por Mientrasleo @MientrasleoS


     "Un sanatorio... Veo cómo tú y todos los demás movéis la cabeza incomprensivamente. Lo cierto es que no estoy mal de los nervios, ni siquiera padezco un especial nerviosismo, lo único que me pasa es que tengo el llamado complejo de dinero. Espero, por el amor de Dios, que sepas lo que es un complejo en el sentido patológico. viene a ser algo así como un conjunto de sentimientos, impulsos y cosas por el estilo que se reprimen o no se exteriorizan, y que, si no me equivoco, se agolpan en el subconsciente y causan afecciones anímicas."
     Con este título, la promesa de una novela divertida y la curiosidad por leer algo frívolo escrito en plena Gran Guerra, era fácil suponer que el libro acabaría en casa. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El complejo de dinero.
     A principios del siglo XX una joven alemana perteneciente a la clase alta aterriza en una clínica psiquiátrica para tratar sus problemas con el dinero. Aunque pronto veremos que su problema no es con el dinero, sino con la ausencia de él. En el hospital, con un psicoanálisis aún en pañales, no sólo recibirá tratamiento, sino que se relacionará con otros pacientes a cada cual más original, que pasan allí sus días entre intrigas y proyectos para desesperación, en muchas ocasiones, del director de la clínica. Desde allí esta mujer irá escribiendo a una amiga, y nosotros tendremos esas cartas entre las manos.
     Pongámonos en antecedentes: la autora del libro pronto decidió renunciar a los privilegios familiares que le correspondían. Se trasladó a Munich, a eso que se llamaba vida bohemia, y tuvo que buscarse la vida. Aunque al final contrajera un matrimonio que resultó no ser la solución a sus problemas de dinero. Sin embargo, y pese a que ella se reveló y trabajó, es imposible no ver un cierto poso a su vida en esta novela.
     La historia, escrita en una época compleja, es una crítica ácida a los privilegios propios de un estrato social venido a menos. Para ello, la autora se sirve de una mujer obsesionada por el dinero y todo lo que éste puede proporcionarla, pero, eso sí, manteniéndose lejos de la responsabilidad al gastarlo o conseguirlo. Una mujer que acaba en un hospital recluida, de hecho bajo la excusa de la cura descubrimos la tranquilidad de estar fuera del alcance de sus deudas, y que entabla allí una curiosa relación con otros pacientes. En ese hospital, y aquí la crítica al psicoanálisis no tiene desperdicio, podrán curarse... aunque tampoco es gratis. Porque nada es gratis en esta vida, esa es la verdad, pero vale más esperar que moverse para conseguirlo, aunque haya que esperar en un centro psiquiátrico.
     Por encima de lo divertido, de las aventuras contadas por carta en tono frívolo, encontramos la crítica hacia este tipo de personas que vivían sin preocuparse de nada y que no aceptaban un cambio que estaba por llegar. Aquellos que incluso hoy reconocemos, y que prefieren esperar a que las cosas les lluevan caídas del cielo. Y eso, unido a la época en la que está narrado el libro, es lo que más me ha llamado la atención. No es un libro bélico, aunque a ratos tuve ganas de coger un palo y dar a alguno de los residentes del sanatorio para que se movieran.
     El estilo es sencillo y la novela epistolar corta, lo que hace que apenas dure un suspiro y sea un estupendo "entre novelas". Pero no negaré que esperaba más y que, posiblemente le falten páginas (algo cada vez más difícil de decir en un libro). Entretenido y ácido, un libro de esos para verano, que no vienen nada mal. Y, tal vez, sólo tal vez, nos haga pensar un poco sobre ese mal necesario para sobrevivir que es el dinero.
     Y vosotros, ¿sois de los que alternáis géneros y buscáis lecturas ligeras para descansar entre otras más densas o no es algo que tengáis en cuenta?
    Gracias