Otro de mis grandes pilares en este difícil trance y, sin duda, el que más me ha sorprendido por su calma, su entereza, su forma de ser ella quien levante la energía, su increíble habilidad para ocultar las emociones negativas y su predisposición para ayudar de la manera que sea.
Su apoyo ha sido incondicional y siempre se ha posicionado de nuestro lado cuando ha habido que decantarse entre varias opciones. Ha sabido entender la situación mejor que nadie y por eso ha respetado los silencios, ha escuchado con total atención cuáles eran las necesidades y ha sabido permanecer al margen cuando así lo requería la situación.
Se ha comportado como una verdadera campeona. Mi hermana tenía delante una de las situaciones más difíciles y confusas que se le van a presentar en toda su vida y ha sabido estar ahí, al pie del cañón, con la sonrisa siempre dispuesta y las lágrimas escondidas, con la fuerza de sus brazos y de su corazón, y con el alma entregada a la causa.
No se le puede pedir nada más salvo que siga así, que la necesitamos y la queremos profundamente porque un banco de tres patas es más estable que uno de dos e incluso que uno de cuatro. Ella es el complemento perfecto, el trocito de vida que nos faltaba, la calma que aparece cuando la nuestra se agota. Ella sabe cómo hacer para que amaine la tormenta, para que reine el silencio y para que todo esté en su sitio, como corresponde, como debe ser. Gracias Alejandra.