Autor: Rafael Bernal
Año: 1969
Edición: Libros del Asteroide, Barcelona 2013
«México D. F., años sesenta: Los servicios secretos estadounidenses y soviéticos están convencidos de que China planea asesinar al presidente de EE. UU. durante su próximo viaje oficial a la capital del país. Para impedir el atentado se ponen en contacto con Filiberto García, un detective privado poco escrupuloso que se autodefine como fabricante de muertos y que trabaja ocasionalmente para la policía mexicana.
»García hará cuanto esté en su mano para desbaratar el complot. Ayudado por los agentes del FBI y el KGB, Graves y Laski, García dispondrá solo de setenta y dos horas para evitar el asesinato. Su investigación le llevará por diferentes barrios de la Ciudad de México, y lo pondrá en contacto con hampones, políticos y funcionarios corruptos. Un complicado desafío que no podrá resolver solo con su gatillo fácil y en él deberá poner todo su ingenio» (de la contraportada).
Bien, sin más. Me atrajo lo de "considerada unánimemente como la novela que inauguró el género negro en México". En el lado positivo, la mezcla de géneros (negro y espionaje) y el recurso a los monólogos interiores para dibujar al personaje principal y mostrarnos cómo va deduciendo y atando cabos. En el lado negativo, una trama a ratos embrollada (aunque una investigación seguro que es así, la verdad) y el lenguaje, plagado de modismos mexicanos, que con frecuencia no se entienden (tuve que acudir a un amigo mexicano para entender algunas expresiones muy frecuentes). Como en toda novela de género negro, no faltan la violencia, el lenguaje soez, un poco de sexo y el retrato de la podredumbre social del momento.