España, al designar al rey emérito Juan Carlos para encabezar la delegación, ha solventado con bastante inteligencia y astucia el compromiso, otorgando a la delegación un alto nivel institucional, pero un discreto nivel político y gubernamental.
Las ceremonias fúnebres de Cuba van a servir para analizar la política mundial en la realidad, sin camuflajes y engaños. Los que acudan al máximo nivel demostrarán sus creencias, alianzas, ideas y lealtades y ocurrirá lo mismo que los que se ausenten.
Será interesante analizar el cortejo y descubrir en él donde anida la tiranía, aunque esté oculta, donde resisten las libertades y donde hay cobardes e hipócritas en las trincheras del poder.
Francisco Rubiales