El comunismo, ante el fracaso económico de su versión soviética, donde la economía centralizada, bajo el mando de un partido único, demostró que en lugar de felicidad y prosperidad creaba dolor, represión y pobreza, decidió mutar y disfrazarse para triunfar. El principal disfraz elegido fue adoptar el capitalismo como sistema económico, pero controlando el poder desde partidos de izquierda, unos travestidos de socialdemócratas, otros de populismo demagogo y otros de radicalismo antisistema, pero todos bajo el denominador común del culto al Estado fuerte, la supresión de la sociedad civil independiente y al control del poder por un núcleo profesional con rasgos totalitarios y enemigo de la auténtica democracia.
En Europa y otras zonas del mundo, los partidos socialdemócratas, seriamente infiltrados por el totalitarismo comunista, han realizado fechorías de hondo calado, disimuladamente, pero ya evidentes, como la degeneración de la democracia, la expulsión de los ciudadanos de la política, que ya es casi un monopolio de los partidos y de los políticos profesionales, el fortalecimiento del Estado, el rearme de las policías porque los nuevos gobiernos temen a sus propios pueblos, la expansión de la corrupción, en cuya esencia está el pensamiento totalitario de una clase política que se cree con derecho a saquear, la ingeniería social en varias facetas, el nacionalismo extremo, el separatismo, el aborto generalizado, el feminismo radical, la destrucción de la familia, la demolición de las clases medias, una gestión nefasta de la emigración ilegal y la condescendencia con el terrorismo.
Si la vieja democracia de las libertades, los derechos, los deberes, la ética, el poder controlado y los ciudadanos libres no hubiera sido previamente dinamitada desde dentro y sustituida por unas falsas democracias sin ciudadanos, donde los gobiernos mandan sin apenas controles e imponiendo sus criterios y decisiones a la sociedad, el profundo deterioro del mundo actual y sus deslizamientos hacia el abuso de poder, la corrupción y la desigualdad, donde los ricos cada vez son mas ricos y los pobres mas pobres, nunca habría sido posible.
Lo que el comunismo no consiguió en la URSS y en sus países satélites lo está consiguiendo en el mundo occidental infiltrado, sobre todo en tres capítulos que son decisivos: el predominio del Estado sobre la sociedad, la supresión de las libertades y de la verdadera democracia y el aborregamiento de la ciudadanía, que dejó de ser una agrupación de hombres y mujeres libres para ser transformada en una manada de borregos acobardados e idiotizados por la caída de los valores, el adoctrinamiento y la propaganda.
La España del presente es una de las obras maestras del comunismo infiltrado y del triunfo del totalitarismo camuflado sobre las libertades, los valores y los derechos cívicos.
Ya lo anunció Nikita Khrushchev en su discurso del 29 de septiembre de 1959, en las Naciones Unidas.
Entonces dijo que "Los hijos de tus hijos vivirán bajo el comunismo. Ustedes los estadounidenses son tan crédulos. No, no aceptarás el comunismo directamente; pero seguiremos alimentándote con pequeñas dosis de socialismo hasta que finalmente te despiertes y descubras que ya tienes comunismo. No tendremos que pelear contigo. Debilitaremos tanto su economía, hasta que caiga como fruta demasiado madura en nuestras manos.
La democracia dejará de existir cuando le quites a los que están dispuestos a trabajar y les des a aquellos que no. "
Recuerda esto. El socialismo conduce al comunismo ¿Cómo se crea un Estado socialista? Hay ocho niveles de control:
1) Atención médica: controle la atención médica y usted controla a las personas
2) Pobreza: aumente el nivel de pobreza lo más alto posible, las personas pobres son más fáciles de controlar y no lucharán si les proporciona todo.
3) Deuda: aumente la deuda a un nivel insostenible. De esa manera, puede aumentar los impuestos, y esto producirá más pobreza.
4) Control de armas: elimina la capacidad de defenderse del gobierno. De esa manera puedes crear un estado policial.
5) Bienestar: tome el control de todos los aspectos (alimentos, vivienda, ingresos) de sus vidas porque eso los hará totalmente dependientes del gobierno.
6) Educación: tome el control de lo que la gente lee, escucha y toma control de lo que los niños aprenden en la escuela.
7) Religión: elimine la creencia en Dios del gobierno y las escuelas porque la gente necesita creer SOLO en el gobierno sabiendo qué es lo mejor para la gente.
8) Guerra de clases: divide a las personas en ricos y pobres. Eliminar a la clase media. Esto causará más descontento y será más fácil gravar a los ricos con el apoyo de los pobres.
En España están clavadas esas ocho garras, ayudadas por el PSOE y Podemos, partidos gobernantes. La gente está ciega y no ve que la más feroz tiranía inventada por el ser humano amenaza su libertad, su prosperidad y hasta sus vidas.
Francisco Rubiales