Aprecio: 1.- Que estamos asistiendo al fin de una etapa histórica y el comienzo de otra. Igual que cuando el fin de la edad media y el feudalismo, dio paso al capitalismo industrial. Asistimos al inicio del capitalismo tecnológico. 2.- Las ideas conocidas como de "izquierdas" o "progresistas" son enarboladas por la nueva clase dominante de ese capitalismo tecnológico: los dueños de Facebook, Twitter, etc... además de la mayoría de la clase intelectual. 3.- Esas ideas "progresistas" ya no representan a la clase "trabajadora" (si es que alguna vez lo hicieron, dado que surgieron de una clase intelectual que las sigue elaborando, no tienen que ver con la realidad material del mundo sino con la ideología y la utopía, son "constructos" simbólicos), ahora representan y encarnan a ese nuevo globalismo tecnologizado. Como toda ideología dominante, no defiende a los "de abajo", sino a una nueva clase dominante en pugna con la vieja. 4.- Nunca como ahora es tan evidente que el sentido de ese "progreso" va en dirección de la tecnología, la robotización y el transhumanismo. La notoriedad de teorías como la "queer" no tiene tanto que ver con la defensa de ciertas minorías, como con su relación con el fin de la biología y el advenimiento de la des-sexualización de la reproducción y la robotización de nuestros cuerpos.5.- Ignoro lo que está "bien" y está "mal" de todo esto. El cuerpo (o la edad) me pide un pensamiento conservador, pero a la vez intuyo que el proceso de tecnologización es irreversible y avanza hacia nuestra fusión con los robots. 6.- La pregunta quizás sería si es compatible con el humanismo, con la humanización en el sentido en que la hemos conocido hasta ahora, o si realmente no tenemos por qué aferrarnos a ella, y el transhumanismo no tiene por qué ser el fin ni el apocalipsis. 7.- El debate ideológico predominante hoy día tiene más que ver con la biología que con la política. Con los cuerpos de las mujeres y los hombres; con las formas de sexualidad, reproducción, gestación y nacimientos; con nuestra relación con los virus, bacterias, enfermedades y epidemias; con nuestra relación con el resto de los seres vivos... Es el concepto de "vida" lo que está en revisión.
Por Ileana Medina Hernández
Aprecio: 1.- Que estamos asistiendo al fin de una etapa histórica y el comienzo de otra. Igual que cuando el fin de la edad media y el feudalismo, dio paso al capitalismo industrial. Asistimos al inicio del capitalismo tecnológico. 2.- Las ideas conocidas como de "izquierdas" o "progresistas" son enarboladas por la nueva clase dominante de ese capitalismo tecnológico: los dueños de Facebook, Twitter, etc... además de la mayoría de la clase intelectual. 3.- Esas ideas "progresistas" ya no representan a la clase "trabajadora" (si es que alguna vez lo hicieron, dado que surgieron de una clase intelectual que las sigue elaborando, no tienen que ver con la realidad material del mundo sino con la ideología y la utopía, son "constructos" simbólicos), ahora representan y encarnan a ese nuevo globalismo tecnologizado. Como toda ideología dominante, no defiende a los "de abajo", sino a una nueva clase dominante en pugna con la vieja. 4.- Nunca como ahora es tan evidente que el sentido de ese "progreso" va en dirección de la tecnología, la robotización y el transhumanismo. La notoriedad de teorías como la "queer" no tiene tanto que ver con la defensa de ciertas minorías, como con su relación con el fin de la biología y el advenimiento de la des-sexualización de la reproducción y la robotización de nuestros cuerpos.5.- Ignoro lo que está "bien" y está "mal" de todo esto. El cuerpo (o la edad) me pide un pensamiento conservador, pero a la vez intuyo que el proceso de tecnologización es irreversible y avanza hacia nuestra fusión con los robots. 6.- La pregunta quizás sería si es compatible con el humanismo, con la humanización en el sentido en que la hemos conocido hasta ahora, o si realmente no tenemos por qué aferrarnos a ella, y el transhumanismo no tiene por qué ser el fin ni el apocalipsis. 7.- El debate ideológico predominante hoy día tiene más que ver con la biología que con la política. Con los cuerpos de las mujeres y los hombres; con las formas de sexualidad, reproducción, gestación y nacimientos; con nuestra relación con los virus, bacterias, enfermedades y epidemias; con nuestra relación con el resto de los seres vivos... Es el concepto de "vida" lo que está en revisión.
Aprecio: 1.- Que estamos asistiendo al fin de una etapa histórica y el comienzo de otra. Igual que cuando el fin de la edad media y el feudalismo, dio paso al capitalismo industrial. Asistimos al inicio del capitalismo tecnológico. 2.- Las ideas conocidas como de "izquierdas" o "progresistas" son enarboladas por la nueva clase dominante de ese capitalismo tecnológico: los dueños de Facebook, Twitter, etc... además de la mayoría de la clase intelectual. 3.- Esas ideas "progresistas" ya no representan a la clase "trabajadora" (si es que alguna vez lo hicieron, dado que surgieron de una clase intelectual que las sigue elaborando, no tienen que ver con la realidad material del mundo sino con la ideología y la utopía, son "constructos" simbólicos), ahora representan y encarnan a ese nuevo globalismo tecnologizado. Como toda ideología dominante, no defiende a los "de abajo", sino a una nueva clase dominante en pugna con la vieja. 4.- Nunca como ahora es tan evidente que el sentido de ese "progreso" va en dirección de la tecnología, la robotización y el transhumanismo. La notoriedad de teorías como la "queer" no tiene tanto que ver con la defensa de ciertas minorías, como con su relación con el fin de la biología y el advenimiento de la des-sexualización de la reproducción y la robotización de nuestros cuerpos.5.- Ignoro lo que está "bien" y está "mal" de todo esto. El cuerpo (o la edad) me pide un pensamiento conservador, pero a la vez intuyo que el proceso de tecnologización es irreversible y avanza hacia nuestra fusión con los robots. 6.- La pregunta quizás sería si es compatible con el humanismo, con la humanización en el sentido en que la hemos conocido hasta ahora, o si realmente no tenemos por qué aferrarnos a ella, y el transhumanismo no tiene por qué ser el fin ni el apocalipsis. 7.- El debate ideológico predominante hoy día tiene más que ver con la biología que con la política. Con los cuerpos de las mujeres y los hombres; con las formas de sexualidad, reproducción, gestación y nacimientos; con nuestra relación con los virus, bacterias, enfermedades y epidemias; con nuestra relación con el resto de los seres vivos... Es el concepto de "vida" lo que está en revisión.