[7/10] Robin Wright -que se interpreta a sí misma- es una actriz de Hollywood en horas bajas, cuando recibe una última oferta de trabajo: vender sus derechos de imagen, después de que se digitalice su figura, gestos y expresiones, para ser utilizada en cualquier tipo de película… siempre en una eterna juventud. A regañadientes y para poder dedicarse al cuidado de su hijo enfermo, acepta la propuesta y desaparece del mundillo cinematográfico hasta que pasan los veinte años del contrato firmado. Entonces asiste al Congreso Futurista, donde descubre el trabajo que se ha hecho en la pantalla con su imagen… en una especie de viaje alucinante a una fantasía animada, con creaciones de mundos a la carta para cada espectador y con sustancias químicas que transportan a sus personajes a un sueño sensorial de engaño.
¿Qué es el cine y qué puede llegar a ser en un futuro inmediato? ¿Qué es la felicidad y cómo podemos perseguir señuelos que nos prometen libertad y verdad a bajo coste? Eso es lo que pretende decirnos Ari Folman en “El Congreso”, a partir de la novela de Stanislaw Lem “Congreso de futurología”. Nos ofrece una melancólica y triste historia de búsqueda de libertad para decidir, y también un viaje de ida y vuelta que va desde la realidad hasta el otro lado… el de la fantasía. Lo real parece ceder terreno y ser engullido por la tecnología y la química… dispuestas a dar al público y al ciudadano aquello que quiere ver y sentir. Cada individuo crea su propia realidad en el reino del subjetivismo… que será oscura o luminosa según prefiera, mientras que el espectador es invitado a percibir sensaciones fútiles y placenteras (en su imaginación se construye todo), a convertirse por un instante en su ídolo de la gran pantalla… e incluso a bebérselo en un batido. No importa la verdad, solo lo que uno sienta y quiera… y por otro lado, siempre hay quien está empeñado que ese orden establecido permanezca inalterable, porque una población idiotizada es fácilmente controlable… además de reportar suculentos beneficios.
Vemos cómo Robin Wright se resiste a perder el poder de decidir sobre su imagen, pero también cómo sucumbe… porque la presión de Hollywood es muy fuerte (la crítica es tan mordaz como feroz, por ejemplo en los primeros instantes en el Congreso). Más tarde será tentada de nuevo a vender su alma al diablo… en otro robo de humanidad, y entonces solo el vínculo con su hijo Aaron parece despertarla de un letargo alucinógeno. Una vez más, el narcisismo y el instante efímero de la posmodernidad pretenden socavar el personalismo realista, mientras que la ficción más engañosa y manipuladora trata de reducir el cine a un producto de consumo y aturdimiento. ¿Va el cine hacia ese terreno de deshumanización? ¿Se ofrecerá una película a la carta para cada espectador? Y no solo el espectador de cine sino también el mismo individuo, ¿logrará escapar a esa droga consumista de dejarse conducir en sus sensaciones?
Arriesga Ari Folman en un formato mixto de imágenes reales y de animación, con transiciones logradas y una expresividad que pasa holgadamente la prueba. El rostro de la Robin Wright real -gran interpretación, con una clase antológica durante el proceso de digitalización- y también el de la animada… es siempre triste y apagado, como si se tratara de una batalla perdida de antemano, como si la única salida digna fuera aceptar el consuelo de ese mundo de imaginación… aún conociendo su falsedad. “El Congreso” es una película para la reflexión meta-cinematográfica y antropológica, para el discurso sociológico y cultural, y quien la vea tendrá que decidir si quiere permanecer de este lado o se pasa al otro, si quiere tomar la cápsula de la realidad o huir a otros mundos más complacientes y evasivos. Durante dos horas habrá asistido a un viaje alucinante y doloroso al engaño y la mentira, en el que cada cual se fabrica un mundo a la medida… donde lo humano ha sido desterrado porque no es tan ideal y colorista como lo que la fantasía procura.
Calificación: 7/10
En las imágenes: Fotogramas de “El congreso” (The congress), película distribuida en España por Golem © 2013 Bridgit Folman Film Gang, Pandora Film, Entre Chien et Loup, Opus Film, Paul Thiltges Distribution. Todos los derechos reservados.
Publicado el 4 septiembre, 2014 | Categoría: 7/10, Alemania, Año 2014, Bélgica, Ciencia-ficción, Críticas, Drama, Francia, Israel, Luxemburgo, Polonia
Etiquetas: Ari Folman, El Congreso, Robin Wright, Stanislaw Lem