El conservadurismo no es la mejor estrategia

Publicado el 28 febrero 2010 por Gonzalo

En fútbol,  salir a defender el resultado inicial (el empate) es considerado un acto exento de valor y que no cuadra con la ambición. Además,  el consenso entre profesionales y aficionados a este deporte, establece que esa estrategia es el camino más corto hacia la derrota.

Sirva este preámbulo para encontrar similitudes entre el fútbol y la vida. Más ahora, que estamos en crisis. Y por eso a mí me gustaría comparar la imagen de ese equipo acomplejado, que acepta de antemano su inferioridad y se dedica a defenderse y a destruir la propuesta del conjunto que busca el triunfo, con la que ofrece la desmoralizada sociedad española. El equipo “pequeño” desea mantener lo que tiene desde el principio: el empate. Y para ello emplea un esfuerzo descomunal, directamente proporcional al desgaste físico y mental. Es decir, mucho sufrimiento para mantener lo que ya se tiene. Lo lógico, sin volverse loco, sin emplear estrategias suicidas, es intentar el triunfo. Buscar la victoria.

La sociedad española, y europea yo creo, tiene la misma actitud que el equipo inferior. Toda su ambición es mantener lo que ya tiene, sin plantearse la posibilidad de ampliarlo. La máxima aspiración en este momento es defender lo que hay. Y ni eso está claro. Porque cuando los conductores, que no líderes, de los sindicatos, han propuesto la movilización para frenar los recortes, la sociedad no ha respondido. Pero es que, aunque lo hubiera hecho, esas movilizaciones tienen un carácter conservador, amarrategui, de mantener las condiciones existentes, no de ir a por más. Y no sé si es porque los conductores sindicales y resto de integrantes de la izquierda política entienden que no se puede o no se debe ir a por más, pues ya se ha alcanzado el techo, o es que no se fían de la cuadrilla (sociedad). La cuestión es que hay una actitud derrotista, propia de equipo pequeño, que los unos (líderes o supuestos líderes) transmiten a los otros (sociedad) y éstos (sociedad) le devueven a aquéllos.