La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria ha argumentado que la ingesta prolongada de 3 gramos de esteroles al día durante un período de dos a tres meses, produce una reducción del colesterol un 11,3 %. Aunque no se conoce exactamente cuál es el mecanismo de actuación, se sabe que los fitoesteroles compiten con el colesterol reduciendolo. Los esteroles vegetales tienen una estructura química muy similar al colesterol e inhiben su absorción a nivel intestinal, reduciendo la solubilidad del colesterol o bien, compitiendo por su absorción en la mucosa del intestino.
Muchas marcas comerciales han incorporado fitoesteroles a sus composiciones, son los llamados alimentos funcionales (mantequillas, margarinas, yogures, leches, zumos...) No obstante, no resulta necesario echar mano de estos alimentos e incluso pueden llegar a ser perjudiciales si no se modera su consumo - en embarazadas y en niños no están recomendados -. Podemos incrementar el consumo de esteroles vegetales e incluirnos en nuestra dieta diaria. Los fitoesteroles se encuentran en las frutas, hojas, semillas y tallos de los vegetales.
Una dieta equilibrada que incluya mucha fruta y verdura, pocas grasas saturadas, frutos secos como almendras y avellanas muy ricas en ácido oleico, aceite de oliva y alimentos que contengan proteínas de soja, sería más que suficiente para evitar desequilibrios en nuestros niveles de colesterol y, sobre todo, para volver a recuperarlo en aquellas personas que padecen hipercolesterolemia.
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