De lo que es la cena, puedo decir bien poco. Habíamos pactado un precio bastante reducido, siendo un Bistrò no debería ser de otra manera. Además nadie da duros a cuatro pesetas. Aún así la relación calidad precio fue bastante positiva. Empezamos con unos aperitivos al centro para hacer tiempo. Pero como todos nos presentamos puntuales fue un primer entrante regado por cervezas y algún vino blanco. -¡Los conspiradores no tomamos refrescos! El aperitivo constaba de tres cuencos con ensaladilla rusa, sobrasada y olivas. No me atrevería a decir si eran de Cieza o jienense, pero cumplían su papel.
Dentro de lo pactado, tras el aperitivo iba un entrante a elegir entre pudin de puerros o un hojaldre relleno. Ante nuestra duda, el maitre nos dio la oportunidad de probar ambos poniendo media ración de cada. Tuvimos la oportunidad de probar ambos, pero quizás el puerro, para lo bueno que estaba, se nos quedó algo escaso. El plato principal venía a continuación. -¿Carne o pescado? La opción pescado era media dorada sobre un lecho de patatas, cebolla y calabacines. Yo pedí carne. Un rabo de toro, ternera, buey o lo que fuera que, desde mi humilde opinión, pueden mejorar. Siento decir que no pega este guiso con el entorno. Me encanta el rabo de toro, pero creo que el local se merece una presentación más moderna de este magnífico y a veces desprestigiado plato. Iba acompañado de un puré de patata.
Ya sobrepasado el Ecuador de la velada, los conspiradores habíamos conseguido solucionar más de la mitad de los problemas del país y eso que no son pocos. Sinceramente le estábamos prestando más atención a la conversación y al vino, que a lo comido. Pero ahora venían los postres y ahí se impuso el silencio. Todos eran caseros y tradicionales, natillas de chocolate, arroz con leche o pan de Calatrava. Como eramos hermanos, pero no primos, cada uno se agarró a su postre y no hubo manera de probar el resto, por lo que solamente puedo decir que las natillas de chocolate estaban deliciosas y el pan de Calatrava y el arroz con leche tenían buena pinta.
Para terminar café. Normalmente pido un solo, menos en ocasiones que animado por el ambiente me lanzo a por un asiático, y esta se prestaba. La decepción vino cuando me dijeron que no sabían, pero rápidamente lo solucionaron con iniciativa al ofrecerse a hacerlo, pero debía saber lo que había. Tengo que decir que no fue el mejor asiático que he probado en mi vida, pero también que he probado infinidad peores de gente que se autodenominaba experto en la materia. Para finalizar unos licores y la cuenta que fue la pactada. Una visita que dificilmente olvidaremos y seguramente repetiremos.
El Continental Bistró está situado en la calle Simón García número 1 de Murcia y el teléfono para reservar es el 968 90 81 52. Un local donde poder pasar un rato agradable disfrutando aunque quizás la carta es un poco escasa, cosa que por otra parte se va imponiendo cada vez más.