La Gestalt posee una increíble virtud: tiende a la completud, y aún más, es un enfoque plenamente autónomo que se diferencia de las otras escuelas por el tipo de hombre que quiere formar. La búsqueda de sí, de la propia naturaleza, es mucho más que las meras, y contigentes, búsqueda del placer y fuga del dolor, es una condición de superación de los apegos.
Estos conceptos están implícitos en la experiencia del continuo de conciencia que considero una técnica y, a la vez, una síntesis del ser gestáltico: en cada momento consciente y presente en la propia experiencia. Entonces no hay más impasse, no hay más neurosis.
A. Ferrara. Proceso y contenido: una integración Gestalt – Análisis Transaccional.