Tanto nos presionaba la gente con el tema y tan tontos fuimos, que un día ,cuando tenia dos añitos y medio, le preguntamos si le apetecía llevar calzoncillos como papá (ahora lo veo en la distancia y creo que fue un ligero chantaje emocional, aunque juro que no lo hice conscientemente) y el pobre que estaba ya harto de oír las mismas cantinelas día y noche contándole las bondades de dejar el pañal (en el mercado, el ascensor, el pediatra, la cola del pan, la familia...) dijo que si.
Harta de verle así le pregunté si quería volver a ponerse el pañal y me dijo un SÍ rotundo y se volvió loco de alegría.El cambio fue radical.
Escasamente un año después, lo dejo por propia voluntad sin un solo escape de día ni de noche y hasta hoy.
La enana sin embargo tiene mas suerte y campa tranquilamente sin ninguna presión, parece que los segundos hijos a la gente les causan menos ansias de enseñar a los padres a actuar "correctamente" y eso es una notable mejoría.
Hace un par de meses (con año y medio), estaba mi hija en pleno acto de defecación poniendo un gesto enjunto, cuando su padre preguntó:
-" que haces hija?"
Y ella respondió tranquilamente: "caca"
Después cuando hacia caca venia a avisar dándose toquecitos en el pañal y diciendo "caca".
Ahora ya se trae las toallitas y el pañal para que la cambies tanto si acaba de hacer pis, como si acaba de hacer caca, las sube a la cama o el sillon y te lleva cogida del dedo y te pide por señas y media lengua que la cambies.
Así pues: gracias a mis dos terremotos por enseñarme cada día algo nuevo.
Myriam Cabanillas