Hablando en plata, el acuerdo venía a significar la intromisión del consejo de administración en los contenidos ofrecidos por el informativo de RTVE. De ahí que, la reacción lógica, fuese la de que, periodistas o no, nos echásemos las manos a la cabeza e intentásemos pedir explicaciones y rectificaciones.
Hoy, el cambio de actitud y su enmienda son noticia: el acuerdo ha sido anulado.
Pero, ¿acaso no sucede algo similar en los demás medios? Cambios de titulares de última hora, 'consejos' al periodista sobre cómo enfocar una información... Seguro, queridos colegas, que reconocéis estas actitudes, ¿por qué ahora esta crítica feroz?
La diferencia es que, en este caso, el control de la información ha sido puesto en evidencia, teatralizado y realizado con tal descaro que es precisamente eso lo que nos ha dolido, molestado y porqué no decirlo, enfurecido. ¿O es que el control de la información no es algo asumido por la profesión? Díganme qué periodista abandona su trabajo por defender sus principios, o qué periodista se niega a 'doblegarse' ante las sugerencias de sus superiores. ¿Cuántos se han alzado por hacer prevalacer su voz, la voz de la verdad?
Y todo por no hablar de la clase política. Vale, ahora sabemos que ningún grupo estaba de acuerdo con la medida, pero no olvidemos que sólo dos organizaciones votaron en contra. ¿Y las que se abstuvieron? Si tan deleznable les parecía la medida ¿porqué no votaron en contra? ¿Y los que dieron su voto afirmativo al acuerdo? ¿En horas se han percatado del error?
Nos merecemos una profesión digna y los primeros que debemos reclamarla somos nosotros. Para que la cúpula no se lucre con nuestro trabajo, para que la clase política no nos tome como el pito del sereno, y sobre todo, para que el público, la audiencia o los lectores vuelvan a confiar en el periodismo. Por eso me alegra mucho más que la anulación del acuerdo el que los trabajadores de RTVE pidan la dimisión de los consejeros que no votaron en contra de la medida.
Más información (y mejor) en el blog de Rosa María Artal.