Una vez que hemos subido la escalera que comunica el compás de los locutorios con el Museo Conventual y, tras saludar el retablo cerámico de Santa Paula que se nos muestra junto a la puerta, entramos en un vestíbulo donde nos espera sor Bernarda, la hermana que cariñosamente nos saluda y nos da una breve explicación de cómo están distribuidas las salas.
En este mismo vestíbulo nos encontraremos algunas joyas con un San Jerónimo Flagelado, una Virgen de Guadalupe mejicana o un cuadro de la Sagrada Familia con San Juan. En una vitrina podremos ver un terno de seda roja con bordados en oro del siglo XVII.
De este vestíbulo parten las otras tres salas que pretendemos visitar siendo el camino siempre de ida y vuelta, es decir, para pasar de una sala a otra debemos volver al vestíbulo y de esta manera poder acceder a la siguiente.
La Sagrada Familia y San Juan Bautista,de Juan Francisco Garzón, discípulo de Meneses Osorio. Siglo XVIII.Rueca restaurada de uso conventual.
Frente a la puerta de entrada hay un banco tallado, de alta testera,que es rematado por motivos de las letanías en hierro forjado. Donado por el coleccionista granadino Antonio Dalmases Megías.
Virgen de Guadalupe. Obra del pintor José Páez, nacido en Ciudad de Mexicoen 1721, entonces territorio de Nueva España. Siglo XVIII.
Vitrina con Dolorosa
San Francisco Javier y San Ignacio de Loyola. Discípulo de Juan de Valdés Leal. Primera mitad del siglo XVIII.
Ecce Homo. Gaspar de Crayer. Siglo XVII. Única obra de este artista flamenco en tierras hispalenses.
San Jerónimo azotado por los ángeles en el desierto. Óleo sobre lienzo. Siglo XVII.
Ternos de seda roja con bordados en oro. Siglo XXVII.
Vista del vestíbulo desde la Sala Troje.
Vista del vestíbulo desde la Sala de San Jerónimo.Sigue leyendo >>>