El Corán no recomienda explícitamente a los creyentes mentir sobre su fe en aras de obtener una ventaja frente al infiel, una forma de engaño conocida como taqiyya. Sin embargo, lo recomienda implícitamente mediante el ejemplo del Mensajero de Alá. El hecho de que Mahoma predicara aleyas pacíficas en el periodo mecano (Corán 2:256) y mantuviera una reserva mental respecto a las aleyas completamente opuestas y violentas que las abrogarían años más tarde, como la aleya de la espada (Corán 9:5), las cuales fueron reveladas sólo tras obtener un número suficiente de seguidores leales en Medina, muestra que practicó la taqqiya. Luego, siendo el fundador del islam el más ilustre entre los musulmanes, va de suyo que los creyentes deben seguir su ejemplo también en este punto, fingiendo tolerar al infiel mientras éste es más fuerte para mejor medrar y hostigarlo cuando cambien las tornas.
El Corán no recomienda explícitamente a los creyentes mentir sobre su fe en aras de obtener una ventaja frente al infiel, una forma de engaño conocida como taqiyya. Sin embargo, lo recomienda implícitamente mediante el ejemplo del Mensajero de Alá. El hecho de que Mahoma predicara aleyas pacíficas en el periodo mecano (Corán 2:256) y mantuviera una reserva mental respecto a las aleyas completamente opuestas y violentas que las abrogarían años más tarde, como la aleya de la espada (Corán 9:5), las cuales fueron reveladas sólo tras obtener un número suficiente de seguidores leales en Medina, muestra que practicó la taqqiya. Luego, siendo el fundador del islam el más ilustre entre los musulmanes, va de suyo que los creyentes deben seguir su ejemplo también en este punto, fingiendo tolerar al infiel mientras éste es más fuerte para mejor medrar y hostigarlo cuando cambien las tornas.