Al fondo del sendero descubrió algo que le llamó la atención. No era extraño ver gaviotas deambular por el pequeño cementerio de la isla; todo lo contrario: la piedra gris y desalmada de las lápidas permanecía nevada de plumas y cagadas avícolas. Pero la congregación de aquella mañana en el camposanto sobrepasaba la normalidad. Además, parecían nerviosas, violentas, como si disputasen entre ellas la carroña más jugosa. Patas, picos y graznidos.
Dio un paso atrás, pero antes de salir corriendo reparó en que lo que veía por el rabillo del ojo no eran puñados de plumas, sino una formación circular de gaviotas muertas rodeando la cabeza decapitada como en un ritual de secta enfermiza.
Todo bueno lo que había escuchado sobre las novelas de Fopiani, me apetecía descubrirle, pero de eso que lo vas posponiendo y posponiendo, hasta que hace dos días leí esta frase en alguno de los blogs de novela negra que frecuento: “'El corazón de los ahogados' es una bomba atómica devastadora” y ya ante eso, no me pude resistir.
He sabido después que este autor gaditano (1990) además de escritor, es Sargento de Infantería de Marina, algo que se nota sin duda en esta, su tercera y última novela publicada. De las tres, “La Carcoma” ganó en 2017 el Premio Valencia Nova de Narrativa, y “La melodía de la oscuridad”, resultó finalista a la mejor novela de Cartagena Negra en 2020.
Cuenta Fopiani sobre la gestación de esta novela, que en junio de 2009 fue la primera vez que pisó la isla de Alborán formando parte de un destacamento enviado a ese pedrusco como Sargento de Marina, un paraje en medio del mediterráneo de poco más de 700 metros de largo por 200 de ancho, casi incomunicado con el exterior. Asegura desconocer hasta ese momento la existencia de esa minúscula isla (yo reconozco que tampoco sabía mucho sobre ella) que cuenta con un faro construido en el siglo XIX que sirve de alojamiento a los militares del destacamento, un pequeño cementerio con tres tumbas (la suegra y la mujer de uno de los fareros, y un piloto alemán de la segunda guerra mundial se encuentran allí enterrados) y una ruta subterránea que atraviesa la isla de punta a punta. También un helipuerto y barracones para el destacamento.
Parece que la zona es de una gran biodiversidad, de hecho, es un paraje protegido por Naciones Unidas, y siempre cuenta con algún que otro biólogo de la Junta de Andalucía estudiando e investigando la fauna y la flora del lugar. Dice además el autor, que se prometió a sí mismo ya en esa primera vez (después ha sido enviado más veces allí) que algún día escribiría algo ambientado en esa isla para que todo el mundo supiera de su existencia, estaba convencido de que podría ser un paraje ideal para albergar un thriller, o como en este caso, una macabra historia.
Antes de meterme en faena os adelanto que sí, que estoy de acuerdo, que esta novela es una auténtica bomba atómica devastadora, que me ha flipado, que una vez comenzada no podía parar de leer, y me la he ventilado en dos días.
La trama sin spoilerEn el prólogo ya se nos pone en antecedentes, se nos presenta la inusual escena del crimen en el pequeño cementerio de Alborán: una cabeza decapitada con la nariz carcomida por las aves de carroña. Pelo rizado, rasgos africanos y entre las encías sin dientes, una cabeza de muñeca de porcelana negra. A su alrededor, un círculo de 9 gaviotas muertas que también habían sido degolladas para colocarles cabezas de muñecas negras de porcelana en su lugar. Todo ello semienterrado ypicoteado por las aves de carroña que desenterraron el pastel.
Los nueve componentes del destacamento que hay allí en esos momentos son todos sospechosos, y para ser investigados, deben ser reemplazados por otros nueve de otro destacamento distinto para que vigilen la zona e intenten averiguar lo ocurrido durante 21 días. Con ellos convivirá también el único civil de la isla, Cristóbal, el biólogo de la Junta de Andalucía que lleva unas semanas estudiando a las gaviotas.
La sargento Julia Cervantes, Infante de Marina experimentada, es una de las nueve elegidas para la misión, en tierra deja a su hijo Mario y a su madre. Su marido falleció ahogado hace varios años, aún no ha podido superarlo y aunque no le guste estar alejada de su hijo, en el fondo, ella sabe que acepta este tipo de misiones para huir de sus fantasmas, de su triste realidad, porque necesita alejarse de todo lo que le recuerda a su marido. Julia está enganchada permanentemente a los antidepresivos, a la paroxetina, para poder dormir, para poder vivir.
El abuso masivo de pastillas desde que hubo pisado la isla. El mar rodeándola por los cuatro costados. Encerrada. Ahogada. Los muertos presentándosele sin avisar, haciéndola dudar entre lo que había dentro de su cabeza y lo real.
La primera noche y en medio de una tormenta de esas que pone los pelos de punta, ocurre el primer crimen, cae el primero de los soldaditos y una nana suena por la megafonía del faro
Y además, suceden extrañas desapariciones de algunos objetos importantes como el combustible y las armas. Rodeados de un mar embravecido, de los constantes chillidos de las gaviotas y de la lluvia persistente que golpetea sin descanso los ventanales del faro, el terror se adueña de todo, de todos. ¿Es que acaso alguien pretende matarlos uno a uno?
Esa es la trama principal, pero además hay otra trama (no tan secundaria) que nos relata el viaje y el drama personal de Doudou y de su mujer Nayah, que huyendo de la guerra tratan de llegar a España desde Tombuctú, en busca de una mejor vida. El camino es duro, lo pasan mal, sobre todo ella que está embarazada y ha sido violada en varias ocasiones por distintos hombres. No es fácil conseguir una plaza en alguna de las pateras que atraviesan el mediterráneo hasta Melilla.
Durante la lectura te preguntas a menudo. . . ¿están las dos tramas relacionadas? ¿confluirán en algún momento?
Y hasta aquí puedo contar…
Los puntos fuertes de la novela
“El corazón de los ahogados” me ha parecido una buenísima novela negra, un fantástico thriller que me ha sorprendido por varios e inesperados motivos, pero sobre todo por estos puntos fuertes, muy fuertes, que os comento a continuación:
-- La ambientación es una pasada, el autor consigue crear una atmósfera increíblemente claustrofóbica y asfixiante para los personajes, pero también para el propio lector. En serio, no soy fácil de impresionar, ya sabéis, pero reconozco que en algunos momentos he podido sentir la ansiedad, el corazón encogido, ese agobio de saberte en un pedrusco de mala muerte, sin cobertura, rodeada tan solo del ancho mar, soportando una terrible tormenta, a oscuras, escuchando el viento, la lluvia, los truenos, con la certeza de que cerca, muy cerca de ti hay un macabro asesino que no va a parar hasta acabar con todos. Sabiendo lo que se dice sobre la isla de Alborán. . .
Dicen que este iceberg de tierra tiene el poder de arrebatar el alma a todo el que lo pisa.
-- La forma que tiene de narrar del autor es bastante peculiar, un narrador en tercera persona que expresa algunos de los pensamientos de los personajes, a veces incluso haciendo partícipes de la historia a algún que otro animalillo, como si fueran meros observadores que dan su punto de vista sobre lo que ven.
El corazón del gorrión, ese de allí, solo tenía que preocuparse por una cosa: mantener la vida del ave a ochocientas revoluciones por minuto. El animal se centraba en sus asuntos de pájaro. Pío, pío, y a su antojo. Si le apetecía piaba. Cuando no, no lo hacía. Así de simple, por complicado que parezca. Un salto por aquí y otro salto por allá. Las imágenes que aún flotaban por su escasa retentiva eran las de las copas de los árboles vistos desde el cielo. El gorrión levantó el pico a los pocos segundos. Sus iris marrones enfocaron y desenfocaron el paisaje, procurando descifrar qué era lo que provocaba ese ruido entre la paz de los árboles.
Escribe muy bien, el lenguaje de Fopiani, su prosa, es poética, cuidada, preciosa, potente, sinceramente no me lo esperaba, choca un poco encontrarte un thriller con una prosa de este nivel.
Intentaba convencerse de que podía tener una vida plena criando a su hijo en casa de su madre, pero lo cierto era que su vida estaba rota. Vuelta del revés. Su marido bebió de la muerte y ella la saboreaba cada día. El dolor había secado su corazón hasta el punto de convertirla en un monstruo envidioso. Rabioso. Una acidez biliosa le subió por el esófago ante las caras alegres de la fotografía, dichosas, desprovistas de cualquier clase de sufrimiento.
-- Mis lecturas de juventud estuvieron muy marcadas por las novelas de Agatha Christie, no exagero si os digo que creo que me las leí todas (aunque igual alguna me faltó), me fascinaban. Ahí ya se estaba gestando mi pasión por la novela policiaca y los thrillers. “El corazón de los ahogados” es un homenaje en toda regla a la novela “Los diez negritos” (no hay más que leerla, además el propio autor lo expresa al final del libro), con múltiples guiños y referencias al mismo, aquí convertidos en los “diez soldaditos”. La nana que se escucha por megafonía, y esas frases escritas tras los asesinatos, pone los pelos como escarpias, no me digáis que no:
Aquel sonido provenía del faro. Era una especie de canción infantil, pero sin melodía:
Diez soldaditos se fueron a cenar; uno se asfixió y quedaron nueve. Nueve soldaditos estuvieron despiertos hasta muy tarde; uno se quedó dormido y entonces quedaron ocho.
¿Os suena de algo? ¿A que da yuyu?
-- Me ha gustado el personaje principal, es muy completo. Julia Cervantes es una mujer valiente, resolutiva, autoritaria, pero con su lado humano, sus dudas, sus miedos existenciales, sus preocupaciones, como todo el mundo. Los personajes secundarios, son buenos también, aunque les conoceremos con un poco menos de profundidad.
-- Además de ser un buen thriller, y de sus escenas violentas y sangrientas (ya sabéis que a mi me va la marcha), el argumento encierra bastante crítica social y moral. Cuando lo terminas comprendes que el título se refiere a todos los que se dejan la vida en el mar, los que perecen en el camino, tragados por el Mediterráneo y que homenajea también a esos ahogados, porque “el mar late al compás del corazón de los ahogados”.
Además, se cuenta el funcionamiento de las mafias que gestionan las pateras y como se aprovechan de la pobreza y la desesperación de esta gente, que solo sueña con un mundo mejor. Esta parte que trata sobre la inmigración, contiene altas dosis de cruda realidad, pero también hay cabida para otros temas como el perdón, la venganza, el afán de superación, el trabajo en equipo, la culpa;
Tuvo la certeza de que el mar estaba formado por las lágrimas saladas de todos los padres que lloran por sus hijos ahogados. ¿Cuántos habrán sido tragados por la gravedad del océano al querer huir de la tiranía del hombre? Sintió el corazón de los ahogados, todos esos latidos unidos en un solo pulso, palpitando en consonancia, dándole vida al oleaje y a las mareas de los océanos del mundo.
-- El comienzo de la novela es algo lento, pero poco a poco el ritmo se va volviendo frenético. Imposible parar de leer porque quieres, necesitas saber qué está pasando, quién es el asesino, si se salva alguno, porque todo apunta a que quizás muera hasta el apuntador. También interesa averiguar qué pasa con Doudou y Nayah, y como acabará su historia.
-- Nunca he tenido del todo claro los rangos militares, cuáles van por encima de cuales, si un oficial, un sargento, un cabo, un capitán. . ., y aunque al principio, me perdía un poco con la jerga del ejército (se nota que este hombre la domina) no es algo que me haya importado demasiado, la trama es tan absorbente, que este tipo de cosas no importan.
-- El final es de los buenos, lo deja todo bien hilado, bien amarrado, todo se comprende, todo encaja y eso me gusta. Es más. . ., en este caso necesitaba que fuera así
Resumiendo: “El corazón de los ahogados” es una novela negra de 344 páginas muy buena, con una trama interesante y original, que se hace corta. Fopiani se saca de la manga una especie de nueva versión de “Los diez negritos” de Agatha Christie, pero ambientada en la isla de Alborán, y con diez soldaditos como protagonistas.
De la guerra no escapa nadie. Ni los que logran sobrevivir a ella.
Una lectura que he disfrutado mucho y que os recomiendo sobre todo a los amantes del buen thriller. A vosotros os diría que tenéis que leerlo ya, sí o sí. Espero haber sido capaz de crearos una necesidad imperiosa y acuciante de haceros con ella. Yo por mi parte seguiré leyendo al autor, sí o sí también.
Mi nota esta vez es la máxima: