Páginas: 524
ISBN: 9788493801311
Precio: 17 €
James Dashner
Sinopsis
Thomas es un adolescente de unos dieciséis años que cuando despierta solo es capaz de recordar su nombre. Su cerebro conserva el aprendizaje correspondiente a un chico de su edad, pero no sabe nada de sus padres ni de su vida anterior, es como si alguien hubiera borrado esos recuerdos… a propósito. Thomas se dirige hacia un lugar llamado Claro, donde conoce a muchos chavales que se encuentran en la misma situación que él: no tienen memoria, desconocen cómo era su hogar. Le explican que están encerrados en ese espacio y cada mes llega un chico nuevo, siempre de sexo masculino. También reciben suministros, todo por parte de los »Creadores» que vigilan este experimento. El joven enseguida descubre que están bien organizados y han conseguido organizar una rutina adaptada a estas peculiares condiciones.Sin embargo, las cosas están a punto de cambiar. Al día siguiente de la llegada de Thomas, aparece una chica (de la que más adelante sabremos que se llama Teresa) que les transmite un mensaje inquietante. Por si fuera poco, Thomas siente que la conoce, hay algo en él que le inclina a preocuparse por ella, pero no recuerda el qué. Mientras su cabeza da vueltas, decide que la mejor opción para descifrar el entramado del Laberinto y plantar cara a los Creadores es unirse al grupo de corredores. Aunque, claro, la relación con los compañeros no siempre es fácil…
Comentario personal
De entrada, el planteamiento de El corredor del laberinto me parece bastante bueno: la recreación de la vida en el Claro, las particularidades del Laberinto (que son más de las que he revelado en la sinopsis), el estado de desorientación de los chavales… El clima de tensión que advierte que tarde o temprano llegarán escenas duras me gustó y consiguió engancharme pese al desconocimiento de Thomas del lugar donde se encuentra. No me atrevo a definirlo como original porque hay muchas novelas de corte similar, tanto clásicos como novelas juveniles actuales; diría que en lo que más sobresale —hablando de la recreación— es en la idea del Laberinto.
Volviendo a El corredor del laberinto, no se puede reseñar este libro sin hacer una mención al lenguaje coloquial de los muchachos, repleto de expresiones que otorgan un sello característico a la narración (la traductora española ha hecho un gran trabajo para adaptar esos términos). El estilo en general me ha resultado ameno y sencillo de leer, como casi todas las novelas juveniles. Digamos que cumple con su cometido de atrapar al lector y hacerle pasar un rato entretenido sin complicarle la vida.
Reconozco que esto último puede deberse a la saturación del sector que comentaba al principio. Aun así, voy a ir más allá porque he detectado un aspecto en el que flojea: la caracterización de los personajes. La personalidad de Thomas me resulta gris, se aprecia en él un espíritu luchador, pero no he casado con el hecho de que sea él quien encuentre las claves de todo, ese planteamiento de «oh, chico especial que llega y lo cambia todo» no me gusta, prefiero los personajes de carne y hueso, con virtudes, defectos y, sobre todo, mil matices en su personalidad. Teresa, por su parte, me parece muy anodina, al principio da la impresión de que va a dar un giro de ciento ochenta grados a la historia y después no es para tanto. Los dos me resultaron muy sosos, eché de menos un poco de fuerza y picardía en su carácter. El hecho de que no recuerden su pasado no es excusa, ya que hay libros con ese mismo punto de partida que me maravillaron con su retrato del protagonista. Sin embargo, los secundarios me gustaron mucho, en especial Chuck y Minho (y qué decir de los nombres y su significado, los que lo habéis leído me entenderéis).
Antes de terminar me gustaría hacer una mención al trabajo de Nocturna. Es la primera vez que leo una novela de esta editorial independiente, aunque hace tiempo que me fijo en su catálogo y en mi opinión tienen una política de publicaciones de lo más acertada. El corredor del laberinto tal vez no es el mejor ejemplo de ello (no porque sea malo, sino porque hoy en día se editan decenas de sagas similares), pero sí lo son la recuperación de clásicos descatalogados y su apuesta por traducir a una autora como Diana Wynne Jones, hasta ahora poco reconocida en nuestro país, Además, se nota que optan por cuidar sus ediciones en lugar de publicar mucho, rápido y de cualquier manera (que, como sabéis, es una práctica que detesto).
Enlaces de interés:
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Mi valoración: 7/10