He de admitir que me cuesta cantidad ver un clásico, no porque sea malo, ni mucho menos, más bien porque lo estoy viendo unos años después y probablemente no cause en mi el efecto que se esperó durante su producción. Sin embargo siempre me digo que una buena película es aquella que será buena hoy, mañana y pasado. La recomendación de @naiara_glez es todo un clásico de Billy Wilder: El crepúsculo de los dioses.
¿De qué va?
Se ha encontrado un guionista muerto en una piscina de una casa de la calle Sunset Blvd. A continuación la película nos explica los acontecimientos que llevarán a Joe Gillis (William Holden), el misterioso guionista muerto, hasta esa lugar. Joe es un guionista que no consigue encontrar trabajo y tiene muchas deudas pendientes, entre ellas las de su coche. En un intento de huida para que no le embargasen el coche, Joe acaba en una inmensa mansión que parece abandonada, pero no resulta ser así, allí vive lo que en antaño fue una famosa estrella del cine mudo, Norma Desmond (Gloria Swanson).
La crítica
Un plano de una acera que desciende hasta que se aprecian las palabras "Sunset Blvd" grabadas en el borde del pavimento. Seguidamente, en un ángulo picado, recorremos toda la calle de Sunset Boulevard mientras nos pasan los créditos iniciales. Al finalizar estos una voz en off nos sitúa en una casa y nos explica lo ocurrido: un pobre guionista ha sido asesinado. Entonces la película retrocede seis meses y nos explica cómo llegó su protagonista hasta ese lugar en ese estado. Ya tienen mi atención captada.
Así es, tal y como ya he anotado, nuestro protagonista es un pobre guionista de cine, el cual acaba en la mansión de una pasada estrella del cine mudo. Todo estará relacionado con este mundo porque la intención de Wilder no es más que recalcar en cómo puede pasar factura a las estrellas relacionadas con ese universo lleno de fama y de espectáculo. Desde cómo puede afectar a las personas esa fama de una manera obsesiva hasta tal punto de depender totalmente de ella, hasta lo costoso que puede ser entrar en él y lo fácil que es ser olvidado, pese a haber sido una estrella sin igual en una época pasada.
Con lo cual, Wilder pensó que una buena manera de hacer ver esta realidad, fuese a través de un largometraje. Haciendo uso de una estructura narrativa de lo más compleja, porque cada palabra que el narrador (Joe Gillis) menciona ha estado escogida detenidamente, tanto, que si cerrásemos los ojos podríamos reproducir dichas imágenes a nuestra manera con el uso de la imaginación. Porque realmente, tan solo los cinco primero minutos están tan bien descritos y explicados, que no habría necesidad mirar a la pantalla.
Además de estos dos personajes, los otros dos que quedan por nombrar no tienen tanto protagonismo como los ya descritos, pero que son cruciales para acabar de dar un toque romántico al puro estilo del suspense y el film noir. Estos son el mayordomo de Norma, Max (Erich von Stroheim) y Betty Schaefer (Nancy Olson), una correctora de guiones que tiene mucho que decir. Ambos notablemente interpretados, pero que quedan en un segundo plano ante Joe y Norma, los verdaderos protagonistas.
Definitivamente después de todo lo que escrito sería contradictorio decir que El crepúsculo de los dioses no es una obra completa. Es cierto que no le daré la nota completa, pero eso ya es un tema de gustos personales y no quita que esta obra sea una obra completa, porque lo es. La cinta de Billy Wilder es un clásico con todas sus letras y me alegro de haber tenido la valentía de visionarla. Así que, si aún no has visto este clásico del cine de los cincuenta y del cine de Wilder, ahora puede ser un buen momento.
Información de más
- Obtuvo tres Oscars en 1951 en las categorías Mejor Dirección Artística y Ambientación (blanco y negro), Mejor Banda Sonora para una película no musical y Mejor Guión Original. También obtuvo otras ocho nominaciones.
- Se dice que el nombre de Norma Desmond viene referido al difunto director William Desmond Taylor, muerto por un tiro y una de sus amigas y acusada de su asesinato, la actriz Mabel Normand.
- El director Cecill B. de Mille aparece en la película como él mismo rodando una escena para la película Sansón y Dalila, estrenada en 1949.
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