Hace poco he tenido una experiencia de esas que recuerdas el resto de tu vida. He salido a recoger un material que llevaba en el coche tras dar una charla en el Instituto de Formación Profesional de Movera, cuando a poco más o menos un metro de mi pie ha salido volando un pollo de críalo (Clamator glandarius). Justo había hablado de él con un alumno del instituto esa misma mañana en un descanso de la charla.
Ya me había dicho Alicia, la madre de Belén, que es la mujer que sufre mi aficción, que había visto como una picaraza (Pica pica) le daba de comer a un pájaro que no era otra picaraza y que había buscado en la enciclopedia una foto de cuco (Cuculus canorus), pero que no era igual. Hace años que vi el primer críalo por los alrededores de mi casa, y llamó mi atención debido a lo estridente de su canto. Algunos años más tarde, vi como lo que sería segurtamente un macho de críalo llamaba la atención de una pareja de picarazas o urracas de forma grosera y deliberada con el fin de provocar su persecución. La hembra aprovecha este momento para ir al nido, y poner uno o varios huevos.