EL CRIMEN DEL VENDEDOR DE TRICOTOSAS - Javier Gómez Santander

Publicado el 19 octubre 2015 por De Lector A Lector @deLectorALector


Que la portada y el título llaman la atención es algo que nadie puede negar, pero cuando alguien de quien te fías te dice que tienes que leerla, que lo vas a pasar muy bien y que te vas a reir un montón, no te lo piensas dos veces.
Eso fue lo que me pasó a mi, no terminaba de decidirme pero hay recomendaciones que no se pueden obviar y esta fue una de ellas.

EL AUTOR

Javier Gómez Santander (Santander, 1983) nació sin culpa, pero es periodista. Ha trabajado en la Cadena Ser y, desde 2006, en laSexta. Porque había que empezar por algún sitio, presentó el tiempo durante unos años. Aburrido de los mapas, se refugió en la información política, y en 2011 pasó a formar parte de Al rojo vivo, la tertulia de la cadena. En 2012 creó La sexta columna, un programa de reportajes que dirigió durante las dos primeras temporadas. Después de un parón de un par de años que cogió para tomar oxígeno, en 2015 vuelve a Al rojo vivo y escribe una novela. Esta novela. Además de esto, colabora con medios impresos que se resiste a citar, dice que para no gafarlos (y menciona lo poco que duró Público en papel después de empezar a publicar sus columnas). Personalmente, se define como un hombre tremendamente aburrido, pero serio.

ARGUMENTO


"Daniel Ortiz tiene treinta y dos años y una vida de mierda, pero, a diferencia de los millones de personas que comparten con él esta cualidad, es consciente de ello. Por motivos inherentes a los peligros de su profesión (vende máquinas de coser al por mayor), Ortiz matará a un hombre casi inocente. El crimen no le genera un gran sentimiento de culpa, pero sí innumerables salpicaduras, demasiada atención mediática y muchos problemas. ¿Cómo se deshace un señor normal de Santander, que nunca ha hecho ruido, de un cadáver? ¿Cómo enfrentarse, siendo representante de tricotosas, a una banda de traficantes de drogas con aspiraciones nasales y políticas? ¿Se le debe contar u ocultar un asesinato así a tu mujer? ¿Es cierto que un crimen solo te jode la vida si te toca ser el muerto? Estas y otras preguntas más intrigantes, que no desvelamos para no reventar la trama, se responden en esta novela.

MIS IMPRESIONES


Hace unos días Javier nos contaba, entre comentarios llenos de humor, en una presentación que hizo a un grupo de blogueros que empezó a escribir esta novela durante una excedencia que había pedido en la cadena en la que trabajaba, y lo había hecho para no tener que dedicar su tiempo "libre" a las labores del hogar. Y es que no tenía mejor disculpa para no realizarlas que estar inmerso en la creación de una obra literaria.
Así surgió El crimen del vendedor de tricotosas, la primera novela publicada de Javier Gómez, una novela "negra" en clave de humor. 
Cuando empezamos el libro y conocemos a David Ortiz, un vendedor de tricotosas, nada nos hace presagiar a dónde nos va a llevar esta novela, nada hace aventurar que nos vamos a encontrar con cosas tan dispares como zombis, neonazis, ultras de fútbol, secuestros, epidemias, alertas sanitarias, crisis de gobierno y hasta con Furaco, ese oso macho que es el orgullo de Cantabria por su función como semental, entre otros elementos.
Y es que David Ortiz es lo que podríamos denominar un perdedor, un hombre "gris", nunca en su vida ha sobresalido por nada, tanto es así que cuando era niño y jugaban al fútbol elegía ser el portero suplente, ese que nunca jugaba, el que pasaba tan desapercibido que no parecía siquiera que existiera, porque eso era lo que quería, que no se notara su existencia. Lo que no sabe es que mientras transita en Madrid por la M-30 su vida va a dar un cambio radical, todo lo que ha pretendido siempre se va a ir al traste y, poco a poco, todo se va a ir enredando y se va a convertir en el ojo del huracán de la crónica de su país.
Y he dicho enredando porque en El crimen del vendedor de tricotosas hay mucho enredo, y Javier Gómez Santander va tejiendo una maraña que se va liando y liando cada vez de forma más disparatada y no sabes como va a ser capaz de salir de ella. Pero aunque la historia sea tan loca, disparatada y subrealista está claro que el autor ha sabido urdir bien la trama ya que de otra manera no hubiera podido salir airoso de todo este embrollo.
David nos va a relatar esta historia, su historia, en primera persona y durante toda la narración nos vamos a encontrar situaciones, pensamientos, diálogos hilarantes, absurdos, subrealistas que nos harán no sé si soltar carcajadas, pero desde luego reir y, en el peor de los casos y si esto os cuesta mucho, sonreír
Pero además, con esta clave de humor que está presente durante toda la novela, Javier Gómez Santander no deja pasar la oportunidad lanzar una crítica hacia la clase política en general y algunos políticos en particular, los gobiernos de turno, el sensacionalismo y la manipulación tanto periodística como la que se puede hacer a través de las redes sociales que tan presentes están en la novela. No nos será difícil que nos suenen algunos hechos y situaciones aunque el autor las haya llevado a su terreno y las haya novelado con sus personajes.
El crimen del vendedor de tricotosas es una novela muy visual y no estaría mal que algún productor se atreviera a llevarla a la pantalla, porque nos encontraríamos con una comedia que os garantizo que tendría las carcajadas aseguradas. Según iba leyendo no me era difícil visualizar tal o cual situación y os garantizo que no tendría nada que envidiar a las escenas de algunos de nuestros últimos éxitos cinematográficos.
En conclusión, se nota que el escritor se ha divertido escribiendo esta novela y que ha sabido transmitirlo al lector a través de sus páginas, así que si quieres una novela fresca, divertida, muy amena, que te haga pasar muy buenos momentos y te haga reír, no lo dudes, en El crimen del vendedor de tricotosas encontrarás todo eso. Y, una advertencia, cuidado dónde la lees porque no sólo podrán mirarte con cara rara si ten ven tronchándote de risa, sino que estarás tan absorto en su lectura que puede sucederte como a mi y casi pasarte de parada de metro.
FICHA DEL LIBRO
FRAGMENTO