Terry Southern
Y así, el interés de Guy Grand pasa de un sector a otro, del mundo de la prensa al de los viajes de lujo (para ello fletará el más lujoso barco conocido, de nombre El cristiano mágico a cuyo viaje inaugural querrá asistir toda la aristocracia, de cuna o hucha, y que terminará convertido en un viaje a los infiernos gracias a las artimañas del protagonista). Tampoco se librarán de su inquina las personas individuales. Tras descubrir una multa en el parabrisas de su coche, le pide a un desconocido que pasa por la calle que se la trague a cambio de dinero. El mensaje es claro, quiere saber por cuánto dinero está dispuesto a comerse la multa. Pese al rechazo inicial del desconocido, éste finalmente se traga el papel, y así lo haría con el propio Guy si éste le ofreciera el suficiente dinero.El libro está organizado en capítulos cada uno de ellos dedicado a alguna de las “investigaciones” de Guy, siendo el único hilo conductor la conversación a la hora del té entre Guy, sus dos ancianas tías y una amiga de éstas. A raíz de los triviales comentarios de sus contertulias, Guy rememora cada una de estas empresas descabelladas.