Revista Cultura y Ocio

El crucero de la chatarra rodante. F. Scott Fitzgerald

Por Mientrasleo @MientrasleoS

El crucero de la chatarra rodante. F. Scott Fitzgerald
     "El sol, que había estado golpeando ligeramente mis párpados cerrados durante una hora, me aporreó de repente los ojos con potentes y cálidos martillazos. La habitación quedó inundada de luz, y las diluidas frivolidades del empapelado lloraron el florido triunfo del mediodía. Desperté en Connecticut y volví a la normalidad.
     Zelda estaba despierta. Obvio, pues al cabo de un instante entró en mi cuarto cantando a voz en grito. Me gusta escuchar a Zelda cuando canta bajito, pero cuando lo hace gritando suelo ponerme yo a cantar también a gritos para defenderme."
     Fitzgerald pertenece a ese grupo de autores que para muchos sólo es conocido por uno o dos libros. A partir de ahí es un desconocido. Precisamente por eso merece la pena echar un vistazo al resto de su obra para tener un acercamiento al autor que no esté condicionado por la fama de Gatsby y Button. Y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El crucero de la chatarra rodante.
     En este libro conocemos al autor y a su esposa Zelda durante un viaje de aproximadamente 2.000 kilómetros por los Estados Unidos. La chatarra rodante es su autormóvil, y lo llama así por la cantidad de averías y talleres que los obliga a visitar durante el trayecto entre carreteras polvorientas y hoteles viejos.
    Hoy vengo con una novela corta o relato largo de un autor de sobra conocido. Investigando un poco es fácil descubrir que este título fue inicialmente rechazado para su publicación, lo cual no es tan sorprendente si se tiene en cuenta que Fitzgerald tuvo una producción de calidad irregular. Comenzando con un éxito arrollador se caracterizó por sus altibajos literarios, muchas veces condicionados por las facturas que tenía que pagar, entre otras cosas, del tratamiento de su esposa. Una mujer cuyo carácter caprichoso se vislumbra ya en esta road novel y que acabaría pasando por varios intentos de suicidio y terminando bajo tratamiento psiquiátrico.
     En este libro, ambientado en una época particularmente llamativa que terminaría bruscamente con la Gran Depresión, nos encontramos con una pareja divertida, a ratos ingenua, que nos relata sus peripecias automovilísticas cuando tener un automóvil deslumbraba aún a todo el mundo por muy estropeado que fuera. El recorrido, las fantásticas descripciones y los diálogos chispeantes, llenos de humor, consiguen que se lea en apenas un par de horas y sin despegarnos la sonrisa de los labios como quien escucha a unos amigos relatar las anécdotas de un viaje.
     La vida de Fitzgerald siempre me ha resultado llamativa, y he buscado leer sobre ella. Reflejada parcialmente en muchos de sus libros, en este lo hace de forma más directa. Incluso nos deja una imagen suya un tanto estirada en un libro que destaca por su optimismo y por el particular sentido del humor que imprime a la obra. Si buscáis algo ligero que se desmarque de las historias habituales de la época, posiblemente este sea vuestro libro. Perfecto para alternar con lecturas más densas.
     Y vosotros, ¿qué libro tenéis entra manos esta semana? Yo sigo con El arco iris de la gravedad.
     Gracias
   

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