Escritor: Paul Auster
Traductor: Justo Navarro
Paul Auster antes de ser escritor, por necesidades de sustento fue traductor de otros escritores. Cuando sus asuntos económicos estuvieron más resueltos, pudo dar el salto a novelista, y se convierte en palabras del a su vez traductor, Justo Navarro, en un "traductor del mundo en palabras".
Esta actividad de escribir, el escritor la realiza por necesidad, como una droga, algo que repiten casi todos los escritores y parece que bien podría tratarse de un rasgo común que distingue al escritor del que no lo es. Paul Auster, dice también: “no es que escribir me produzca un gran placer, pero es mucho peor cuando no lo hago”.
En esa traducción del mundo, de la que sale la escritura del escritor, Paul Auster encuentra que hay un idioma que ese mundo tiene, y que no es otro que el puro azar, el azar que nos convierte a todos en juguetes del destino, y que al escritor viene tan bien, para construir sus novelas.
Esta idea del azar parece que fascina a este autor. Y de esto, es precisamente de lo que creo que va este libro, de coincidencias, que son anotadas en el cuaderno rojo del escritor, y que aquí son recopiladas (algunas sólo, supongo), resultando una serie de historias muy breves, que tienen de interés, el que en ellas existan estas coincidencias o casualidades: algunas de las cuales le han sucedido al propio escritor; y muchas otras, a otros aunque que le fueron contadas.
Creo que puede ser un libro que guste y compense mucho al que tenga el gen de escritor. Puede que por eso, a mí que soy exclusivamente lectora, me resulte algo insulso, que no le encuentre mucho más aporte fuera de lo anecdótico que estas coincidencias aportan a las historias, y lo que de biográfico puedan tener, aunque eso sí, se trata de un libro bien escrito.